Introducción
El propósito de este trabajo es arrojar luz sobre la migración indígena oaxaqueña en Estados Unidos, principalmente en California, a fin de destacar su carácter transnacional. Se hará también hincapié en la diferenciación entre la migración mestiza mexicana y la meramente indígena (en este caso la mixteca, zapoteca así que otras provenientes del estados de Oaxaca, Guerrero y Michoacán en el sur de México) a través de un breve recorrido histórico del fenómeno migratorio de <<sujetos mexicanos>> a partir de la derrota del ejército del recién México independiente contra él estadounidense en la guerra de 1848-1849, que hizo que perdiera México casi la mitad de su territorio norteño anexado luego por Estados Unidos. Se esbozará así el contexto sociohistórico de migración que llevó a partir de la segunda mitad del siglo XX a que hubiera personas que migraron masivamente a Estados Unidos ilegalmente (dichas personas han sido denominadas como indocumentadas). Se tratará luego de analizar mediante un árticulo de una autora argentina cómo lo transnacional se manifiesta en forma de organizaciones con la finalidad de acudir en ayuda a la gente migrante para echarle la mano en su experiencia migratoria. Intentaré luego dar cuenta de otro carácter transnacional de la migración en lo de la fiesta de la Guelaguetza no en su lugar de origen de Oaxaca de Juárez, sino más bien en él de Los Ángeles, California, en el que dicha fiesta se lleva a cabo cada año. Concluiré el trabajo reflexionando sobre el tema migratorio.
Retratar lo chicano en Estados Unidos desde la segunda mitad del siglo XIX
Hablar de migración mexicana a EE.UU. necesita precisiones tanto como la definición de la palabra <<chicana>>. Aunque la expresión puede ser bastante reduccionista, se puede afirmar que una persona chicana es de por sí alguien que vive la experiencia estadounidense siendo originariamente de México (Martín-Rodríguez 1995: 14). La heterogeneidad de la identidad chicana es palpable al no sentirse representados todxs lxs sujetxs mexicanxs habitando Estados Unidos como formando parte de la misma experiencia: un mexicano que debió vivir las consecuencias de la derrota del ejército mexicano en la guerra mexicano-estadounidense en 1848 difiere considerablemente en su identidad de un emigrante recién llegado de México por ejemplo como bracero en los cincuenta cuyo idioma de predilección sigue siendo el español y el cual ni siquiera se autodenominaría como chicano, sino sólo como mexicano. La migración de mexicanxs al país vecino en el norte creó una heterogeneidad de chicanismo(s): pensemos solamente en la urbanización de la población chicana originaria debida a la llegada en masa de los indocumentados, los cuales se han encargado del trabajo agrícola reservado anteriormente a los que hoy en día representan más de 90% de la población citadina chicana (idem.: 21). El Programa de Braceros que permitió la llegada masiva de más de cuatro millones de mexicanxs en dos olas entre 1942-1947 y 1948-1964 respectivamente hizo que se agravara aún más esa realidad heterogénea de lo que es ser sujeto mexicano en Estados Unidos.
Hay una distancia cultural flagrante entre una persona chicana ya establecida desde décadas en el territorio estadounidense, cuya aculturación define largamente su vida cotidiana, y una que migró por causa de factores que han determinado tal acto de pasar pal norte debido a <<las circunstancias sociales de ambos países incluyendo la demanda de obra barata en EE.UU., el aumento de la población en México y la incapacidad del estado mexicano para hacer frente a ella con oportunidades de trabajo, y la emigración interna desde zonas rurales de México hasta la capital o a las ciudades de la frontera.>> (idem.: 20). Aún más exponencial como distancia cultural es imaginarse ahora la indígena mexicana en Estados Unidos y cómo lo transnacional llega a definirla mejor.
Migración indígena oaxaqueña en EE.UU.: un proyecto transnacional[1]
El hecho migratorio de los oaxaqueñxs y otros indígenas del sur mexicano tiene una historia bastante importante dentro de México, donde la mayoría acudía a las grandes urbes del país y a las regiones norteñas fronterizadas con Estados Unidos. Pero es a partir del final del Programa de Braceros en los años sesenta que pasaron al norte de la frontera, donde se encuentran hoy más de medio millón de ellxs, sobre todo en el estado de California en cuyo lugar la labor en los campos agrícolas ha constituido su fuente de ingreso principal. Migrar a Estados Unidos ha implicado dificuldades enormes de adaptación para los sujetxs indígenas que se ven confrontados como en México a una injusticia social en forma de explotación económica y de opresión política. Es a raíz de estos problemos que el FIOB, cuyo acrónimo Frente Indígena de Organizaciones Binacionales remite a una vocación claramente transnacional, fue fundado por Gaspar Rivera Salgado en los años noventa con el propósito de defender los derechos de los pueblos indígenas <<con justicia y equidad de género>> de ambos lados de la frontera.
Una de las dificultades más notables del ser migrante en Estados Unidos sigue siendo la barrera del idioma que ha incapacitado a varios indígenas hacerse entender en la sociedad anfitriona, lo que ha llevado a situaciones lamentables en las cuales condenaciones y encarcelamientos arbitrarios por causa de la no comprensión por parte de indígenas de las instancias de justicia perjudicaron duramente los derechos de los migrantes. Para remediar a tal problemática el FIOB creó en 1996 el Proyecto de Intérpretes Indígenas que permite capacitar a locutores de lengua mixteca, zapoteca, triqui, chatina, etc, para que ayuden en hospitales, oficinas de inmigración y cortes judiciales a lxs más vulnerables entre los indígenas. El FIOB, entre otras tareas, también organiza talleres de Participación Cívica y de descolonización, a fin de proporcionarles a los indígenas un espacio en el que puedan aprender a conocerse mejor a sí mismo y obtener informaciones sobre las causas del racismo, etc., para que logren <<defenderse>> comprendiendo las condiciones en las que están metidxs.
Producción cultural binacional : el caso de la fiesta de la Guelaguetza en Oaxacalifornia
La expresión Oaxacalifornia no hace más que hacer eco al carácter transnacionalizado que define la vida de oaxaqueños y oaxaqueñas habitando a la vez Estados Unidos y el estado de Oaxaca, en México. Según las palabras de Xóchitl C. Chávez, <<the term Oaxacalifornia represents a cross-border public space that Zapotec and Mixtec indigenous migrants have continuously traversed since the 1980s in search of employment and economic stability>> (Chávez 2013: 11). Ahora relacionar lo transnacional de la existencia de los pueblos migrantes indígenas de Oaxaca implicando seguir perpetuando la cultura originaria en el extranjero con todo el significado de la palabra Guelaguetza, uno se dará cuenta de la relevancia emblématica que puede llegar a desempeñar tal fiesta para los sujetxs concernidxs.
Citando a Chávez, the word Guelaguetza holds both cultural and practical meaning for the people of Oaxaca. Guelaguetza is a Zapotec word meaning “offering” or participation in an exercise of communal reciprocity or mutual assistance (Pasternak 1997, González Santiago 1985, personal communication Gustavo Morales 2010 en Chávez 2013: 13).[2]
En tiempos precoloniales la fiesta anual se dedicaba a la diosa del maíz Centéotl[3], durante la cual se reunían en las faldas del Cerro del Fortín gentes de todas las etnias de lo que era anteriormente el estado de Oaxaca para compartir de sus cosechas (idem.: 14). En la época moderna sin embargo y sobre todo en la primera mitad del siglo XX, la Guelaguetza (en Oaxaca) ha sido un evento patrocinado por el gobierno con el propósito de servir la formación identitaria promulgada por la ideología del Estado, mientras que la fiesta que se desarrolla en California tiene que ver más con organizadores oaxaqueños de clase media (idem.: 11).
La fiesta desempeña un papel de inmensa importancia para la cohesión de los grupos migratorios oaxaqueños en su experiencia californiana. Para solidarizarse, la Guelaguetza, como práctica, conlleva una obligación cultural de dar y recibir regalos y/o servicios, lo que elabora un sistema de reciprocidad que crea redes sociales informales que pueden atravesar las clases socioeconómicas (Cohen 2001 en Chávez 2013: 11). La fiesta refuerza las conexiones transfronterizas porque los participantes dependen de los miembros de sus comunidades de origen para enviar materiales, música y trajes y otros bienes e información necesarios para producir la fiesta en Estados Unidos (Chávez 2013: 71).
Reclamar la biciudadanía cultural californiana y oaxaqueña parece ser todavía una de las metas últimas del proyecto transnacional que representa la Guelaguetza. Éste ayuda a visibilizar además a los oaxaqueñxs en contra de los estereotipos perpetuados por la sociedad blanca. En fin, la Guelaguetza es también un medio para contrarrestar el racismo, la discriminación y la gang violence.
Consideraciones finales
La realidad <<oaxacaliforniana>> es en sí por extensión todo lo que representa el panorama histórico de la migración mexicana a Estados Unidos. En el trabajo vimos una cronología no exhaustiva de ésta con los factores sociopolíticos que eran inherentes a su creación. En la segunda parte se intentó retratar mediante organizaciones que ayudan la experiencia oaxaqueño-californiana de sus sujetxs cómo lo transnacional toma forma a raíz de la defensa de la identidad originaria desterritorializada. En la última parte se trató de dar a conocer a través de la fiesta de la Guelaguetza un ejemplo de proyecto transnacional, en el cual me hubiera gustado profundizar mucho más.
Pienso en el cuento corto Paso del norte de Juan Rulfo en El Llano en llamas (1953) que narra la dura realidad de mexicanos que se lanzan para el norte como indocumentados, para no volver vivos por el peligro extremo al que se enfrentan los migrantes. Reflexiono también sobre el político Benito Juárez o el autor Andrés Henestrosa, dos oaxaqueños que migraron de Guelatao y Juchitán respectivamente en su adolescencia a la capital del estado sin saber hablar nada de español. Otro tema del que me hubiera gustado hablar más: la migración interna.
Bibliografía
C. Chávez, Xóchitl. (2013). Migrating Performative Traditions: The Guelaguetza Festival in Oaxacalifornia [Tésis de doctorado, University of California Santa Cruz].
Martín-Rodríguez, Manuel M. (1995). La voz urgente. Antología de literatura chicana en español (Primera edición). Editorial fundamentos.
Zunino, Mariela. (27 de marzo 2010). El Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB) y la migración oaxaqueña. Experiencias que rebasan fronteras. https://www.ecoportal.net/temas-especiales/pueblosindigenas/el_frente_indigena_de_organizaciones_binacionales_fioby_la_migracion_oaxaquena_experiencias_que_rebasan_fronteras/. Consultado el 27 de junio 2021.
[1] Todo este capítulo se inspira del artículo de Mariela Zunino escrito el 27 de marzo del 2010 y encontrado en este sitio web: https://www.ecoportal.net/temas-especiales/pueblosindigenas/el_frente_indigena_de_organizaciones_binacionales_fioby_la_migracion_oaxaquena_experiencias_que_rebasan_fronteras/
[2] Personal Communication GustavoMorales April 2010 provided the translation of Guelaguetza in
Zapotec signify; Guela, milpa (family farm), Guet, Tortila, Za, clouds in relation to the Zapotec
people.
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