Interview mit Helena Urán Bidegain, Mitgründerin des Kollektivs Creando Memoria (Berlin)
Interviewer_innen: Patrizia Albrecht, Michelle Gracia Jimenez, Johanna Hühn, Hannah Müssemann, Anna Pröhl*
Die Partizipation der Opfer eines Konflikts ist zentral für Transitional Justice Prozesse. In der sozialwissenschaftlichen Forschung zum Thema Vergangenheitsbewältigung besteht Einigkeit darüber, dass die Opfer und ihre Angehörigen einen aktiven Part in Transitionsprozessen einnehmen müssen, um einen nachhaltigen gesellschaftlichen Frieden zu erreichen. Dies wird von der kolumbianischen Regierung und im fünften Punkt des Friedensvertrags zwischen der ehemaligen Guerillaorganisation FARC-EP und der Regierung ausdrücklich betont.
Welche Möglichkeiten bietet der Prozess der Transitional Justice in Kolumbien für die Beteiligung der Opfer? Wie arbeiten zivilgesellschaftliche Organisationen, die sich für die Beteiligung der Opfer einsetzen und vor welchen Herausforderungen stehen sie? Diese Fragen haben wir Helena Urán Bidegain in Berlin gestellt.
Helena Urán Bidegain lebt seit 2012 in Berlin und mitgründete 2015 den Opferverband Colectivo Creando Memoria. Der Verband arbeitet von Deutschland aus und setzt sich für die Rechte und Interessen der Opfer des bewaffneten Konflikts in Kolumbien ein, insbesondere derer, die sich im Ausland befinden.
Im Interview thematisierten wir neben den aktuellen Herausforderungen für die Arbeit des Kollektivs auch zentrale Konzepte wie „Opfer“ und „Erinnerung“ und die Frage wie das Verständnis dieser Begriffe die Arbeitsweise der Organisation und den Diskurs um Transitional Justice prägt. Dabei spielen auch aktuelle politische Prozesse wie der Präsidentschaftswahlkampf eine wichtige Rolle. Der Umgang mit dem Friedensprozess und insbesondere mit den Opfern des bewaffneten Konflikts ist zu einem zentralen Teil der Wahlkampfstrategien der verschiedenen Bewerber*innen um das Amt geworden.
Das Interview wurde in Spanisch geführt und ist im Folgenden in Ausschnitten nachzulesen.
Pregunta: ¿Cómo se originó el Colectivo Creando Memoria?
“El Colectivo surgió en Berlín, primero que todo por la necesidad que teníamos varias de las que lo conformamos de contar con un espacio como este. La historia de las víctimas del conflicto armado colombiano se ha caracterizado por el hecho de que cada una de ellas ha tenido que vivir en su pérdida y angustia en completa soledad, pero son muchas las que quieren hablar y expresar su dolor. Supe de grupos en otras partes de Europa y después del mundo que venían trabajando varios temas. Entre ellos, el tema de memoria, o sea aquellas personas “Betroffene”, afectados, víctimas o sobrevivientes, como se les quiera llamar, del conflicto armado en Colombia. Yo venía haciendo mi proceso de memoria a manera individual y tenía relativo contacto con personas aisladas, siempre a través de Skype. Pero me faltaba la parte, el cuerpo, poder tener a las personas enfrente.
Entonces ahí empecé la búsqueda. Claro, no es fácil encontrar, porque uno no va preguntando si eres víctima o si te sientes víctima. Pude dar con algunas personas por medio de terceros y nos empezamos a reunir. Ha sido un trabajo que requiere de mucho tiempo y mucha, mucha perseverancia porque, primero que todo hay que empezar a crear confianza entre unos y otros. Nadie sabe a quién tiene delante y una de las cosas que rompe una experiencia de estas es precisamente: La confianza. También el hecho de estar fuera de Colombia, y tener distancia con lo ocurrido lo hace de cierta manera más fácil. Sin embargo, sigue habiendo mucho temor: A quién tengo realmente delante y si esta persona quiere algo más de mí o si es meramente buscar un espacio de sanación, reflexión, intercambio, búsqueda, etc.
Yo supe del Foro Internacional de Víctimas, en Colombia fue el Foro Nacional de Víctimas, y averigüé que en Berlín no había nada. Ahí fue que decidí que tenía que buscar gente. Al final las personas estaban en las mismas que yo. Finalmente, nos alejamos del Foro como tal, aunque fue un trabajo importante y logró incluso llevar ciertas propuestas a La Habana, porque decidimos desde el principio que lo nuestro sería solamente el tema de memoria, no queríamos ningún tipo de ideología política. Es difícil separar memoria de política, está claro, es un acto político, es una herramienta política. Sin embargo, para nosotros fue clave que eso no interviniera en nuestros intereses.”
Pregunta: ¿Qué significa para usted memoria?
“Para mí, en lo personal, no hablo aquí en el nombre del grupo, porque cada uno lo entiende de otra manera, significa: En primera instancia, un proceso de entendimiento de lo que pasó y, al mismo tiempo, de ir sanando o atenuando las heridas, en el mejor de los casos, buscar sanar lo que uno no haya podido, de ser, para poder construir y ordenar mejor el presente.
Pero el sentido de memoria o, mejor dicho, la memoria toma sentido, cuando uno está reivindicando a sus seres queridos, los daños a uno mismo, si uno siente que uno mismo fue víctima, y finalmente se trata de trabajar el pasado o enfrentar el pasado, pero para cambiar el presente. No es solamente quedarnos en el pasado, revolviendo y diciendo: “Mira lo que me pasó, pobrecitos nosotros, lloremos todos juntos” y ya. Sino “Pasó esto y ¿qué vamos a hacer ahora en adelante? ¿cómo vamos a cambiar? ¿Qué tenemos que hacer para que no se repita?” Se trata también de un reclamo por el daño sufrido, y la violación a sus derechos más básicos; se trata de una exigencia al derecho a la verdad, por el derecho a justicia y así construir futuro.
En el momento en que uno está haciendo este ejercicio con uno mismo está exigiendo y está reclamando. Y la idea es que esta memoria, que inicialmente es individual, pase a ser colectiva, de todos, donde todos nos sintamos que esta injusticia que pasó nos afecta también a nosotros, por el hecho de ser un dolor que compartimos. A mí me duele el dolor del otro y si yo soy sensible a ese dolor, no voy a permitir que vuelva a repetirse eso. La memoria, por lo tanto, es un contrapeso a la impunidad, al negacionismo, al olvido, que es uno de los peores horrores, y a la impunidad. Porque si la gente no habla, no hace memoria y no reclama pues, está claro, que por sí solo no va pasar nada. Por lo general, los agresores no vienen a decirte: “Oye, mira que yo les hice eso.” Son las víctimas las que siempre con su perseverancia y fuerza han movido las cosas y después, claro está, con ayuda de quienes las representan.”
Pregunta: ¿Qué entiende el colectivo por víctima?
“Hemos hablado de la definición de víctima y hay otros grupos que se definen como sobrevivientes. No tenemos una definición como grupo clara, porque también es algo muy personal. Pero no nos definimos como sobrevivientes. Sí claro, pero no solamente. Es decir, no queremos excluir el término de víctima porque, si no hablamos de víctimas, tampoco podemos hablar de agresores. Sin embargo, para nosotros es importante que no se entienda víctima como la persona pasiva, como “Pobrecita, ¿qué le pasó?” Ya que la víctima tiene mucho más, o sea no se reduce solamente a ser víctima. Es cambiarles la connotación negativa que tiene víctima y más bien darle la fuerza y la transformación que surge cuando una persona ve lo que pasó y el daño que se le hizo y se resiste a aceptarlo. Lo triste del asunto es que se considera víctima a alguien solamente si una instancia superior le da ese título o ese reconocimiento, bien sea una organización extranjera, internacional o el mismo Estado.”
Pregunta: ¿En qué medida las víctimas en el extranjero influyeron en las negociaciones de paz en La Habana?
“Se mandó una carta a través del ACNUR [Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados] de Suiza que llegó hasta La Habana. También dentro del Congreso de Colombia hubo personas que insistieron en que las víctimas que estaban en el exterior tenían también que ser oídas; son muchísimas las personas que han tenido que salir de Colombia por cuenta del conflicto. En principio fue invisibilizado, pero, por ejemplo, María Ángela Robledo y unos pocos más, lo han planteado dentro del congreso. Ella fue muy insistente en la importancia de reconocer los derechos de las víctimas que están por fuera, en su condición de exiliados o autoexiliados o por cuenta del Conflicto Armado, y eso no se podía pasar por alto y ha trabajado de la mano de las organizaciones en el exterior, pero esto ha sido a raíz del trabajo de las organizaciones mismas.
Este tipo de cosas [el Acuerdo de Paz] generan ilusión en el momento en que pasan, pero al mismo tiempo siempre está la duda y el escepticismo. Cuando se firmó, piensas que es el momento y que está pasando, que hay que intentar que lo escuchen a uno, que se oiga qué quieren también las víctimas que están por fuera. Pero después pasa lo que pasa, como todos esos asesinatos de líderes comunitarios y defensores de DDHH. Se pierde un poco el impulso que ese tipo de hechos generan, pero ojo, es justamente eso lo que se busca con esos asesinatos y represión: desempoderar, silenciar, generar miedo, por eso el trabajo de memoria es ahora aún más importante. Sin embargo, está claro que el Acuerdo de Paz es algo importante, después, su implementación es muy criticable. Entiendo que el Acuerdo de Paz es un proceso y no es algo que se da de la noche a la mañana, pero la búsqueda de la paz no tiene por qué costarle la vida a los que justamente la buscan.”
Pregunta: ¿Qué espera de las elecciones de 2018?
“Pues espero que sea la sensatez, el deseo de mayor justicia, igualdad y una sociedad más democrática sea lo que se vea reflejado en los votos y no el rencor, el miedo o el odio. Según las encuestas, Petro [Candidato presidencial por el Movimiento Colombia Humana] y Fajardo [Candidato por el Partido Compromiso Ciudadano por Colombia] van de primero. Sin embargo, yo no confío plenamente en estas encuestas. Yo creo que detrás está la Derecha manipulando eso – ojalá me equivoque – para que con mentiras y su presunción de que, si los de izquierda ganan, Colombia será como la actual Venezuela y quedará en manos de las FARC o los homosexuales, movilizar a la gente para que los vote a ellos y cerrar así el paso a quienes podrían eventualmente ser una oportunidad de cambio para Colombia. Yo creo que Petro y Fajardo, también De la Calle [Candidato por el Partido Liberal] – pero él no va punteando – son personas que, a pesar de sus diferentes propuestas, quieren una Colombia más justa. De la Calle participó de los Acuerdos de Paz desde el principio y esto es para mí su ventaja. Ha podido estudiar cuáles son los problemas de Colombia que lo llevaron a esta macabra guerra, pero paradójicamente el hecho de haber participado en los acuerdos es lo que algunos o muchos le cobran.
Los demás candidatos que también van encabezando las encuestas, serían más de lo mismo. Incluso creo que sería peor que lo anterior alguien como Vargas Lleras [Candidato por el Movimiento Mejor Vargas Lleras] y él está dentro de los primeros en las encuestas. Veremos si Colombia despierta, si está preparada para el cambio, si ha aprendido del pasado, si está lista para la paz, que es más que dejar las armas. Que Timochenko se haya postulado me parece contraproducente y demasiado apresurado. Si Colombia tiene dificultades para entender que la paz es un derecho fundamental, cómo va él a esperar que lo acepten después de todo el daño que han generado las FARC. Mientras que, los representantes de Cámara y el Senado: Cada uno mirando qué pedazo del pastel se lleva. La corrupción galopante que es el otro gran problema de Colombia y que lleva a que todos los demás males que tiene Colombia perduren.
Están personas como María José Pizarro, ella se postuló a la Cámara como Representante [por lista de la Decencia]. Creo que ella es alguien que quiere cambiar las cosas. Ella es hija del comandante del M-19, Carlos Pizarro, lo cual, para muchos, sería esperar que yo no quisiera que ella, hija de la guerrilla que entró al Palacio de la Justicia. Pero yo la veo a ella como ella, no la hija de Carlos Pizarro, con quien yo pudiera entender ciertos puntos ideológicos. Pero no estoy para nada de acuerdo con muchas actuaciones de M-19, ni mucho menos. O sea, a mi papá lo mató el ejército [en la toma del Palacio de Justicia en 1985], pero el M-19 no nos hizo tampoco ningún favor. Pero cuando un Congreso donde, no sé cuánto porcentaje tienen casos de corrupción. Sí, es terrible.
Además, uno ve en el Facebook que los comentarios de la gente son tan estúpidos “¡Quién vote por Petro ya no es mi amigo! ¡Que me borre!” Ni siquiera hay capacidad de discutir y de dialogar y de ver “¿Por qué este piensa así? ¿Por qué yo pienso así?” No, no. Es “O estás conmigo, o no estás conmigo, eres mi amigo o mi enemigo, eres guerrillero o eres patriota” ¡Qué sé yo!”
Abschließende Einschätzungen
Das vorliegende Interview mit Helena Urán Bidegain erlaubt einen Einblick in die Arbeit einer Organisation von Opfern des bewaffneten Konflikts in Kolumbien in Berlin und macht deutlich, wie wichtig diese Form der Organisation für die Betroffenen ist. Des Weiteren unterstützt das Interview die Vermutung, dass verschiedene Verständnisse von zentralen Begriffen wie “Erinnerung” und “Opfer” vorliegen können und sich diese auch in der Arbeit von zivilgesellschaftlichen Organisationen sowie politischen Parteien widerspiegeln. Es wird deutlich, dass die Beteiligung von Opfern in all ihrer Pluralität am kolumbianischen Friedensprozess eine entscheidende Voraussetzung für dessen Erfolg sein wird. Gleichzeitig zeigte sich Helena Urán Bidegain im Interview besonders im Hinblick auf die anstehenden Wahlen in Kolumbien skeptisch und machte darauf aufmerksam, dass die Polarisierung anhand der sich überschneidenden Konfliktlinien „links-rechts“ und „pro-contra Friedensvertrag“ in der kolumbianischen Gesellschaft besorgniserregend sei. Vorhandene Strukturen für eine politische Partizipation müssen daher gestärkt werden. Im Moment ist ungewiss, inwiefern die Umsetzung des Friedensabkommens die Bedürfnisse und Forderungen derer berücksichtigt, die eine zentrale Rolle in der Transformation Kolumbiens zu einer friedlichen Gesellschaft spielen sollen – die Opfer des Konfliktes.
* Das Interview haben wir am 08.02.2018 in Berlin geführt. Es entstand im Rahmen des Seminars „Transitional Justice im internationalen Vergleich: Mechanismen, Kritik und aktuelle Herausforderungen am Bsp. Kolumbiens“, das im Wintersemester 2017/18 unter der Leitung von Dr. Kristina Dietz am Lateinamerika Institut der FU Berlin stattfand.
Für ihre Zeit sowie das erkenntnisreiche und offene Interview danken wir Helena Urán Bidegain ganz herzlich!