En estas líneas vamos a acompañar a Sancho que entre alegre y triste venía caminando sobre el rucio a buscar a su amo, cuya compañía le agradaba más que ser gobernador de todas las ínsulas del mundo.
Nos situamos en la segunda parte de la novela Don Quijote de la Mancha, en el capítulo 54 que usted puede recordar abriendo esta página:
https://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/edicion/parte2/cap54/default.htm
Sancho acaba de tomar una decisión: dejar el gobierno de la ínsula (que él nunca se puso a averiguar si era ínsula, ciudad, villa o lugar la que gobernaba). Al poco encuentra en su camino a seis peregrinos con sus bordones. Estos se le plantan delante formando una especie de coro cantando y le gesticulan algo como aquel que está pidiendo, al menos así lo entiende Sancho, quien saca de su alforja la poca comida que lleva consigo:
y como él, según dice Cide Hamete, era caritativo además, sacó de sus alforjas medio pan y medio queso, de que venía proveído, y dióselo diciéndoles por señas que no tenía otra cosa que darles.
Los peregrinos toman lo que Sancho les ofrece, sin embargo se dirigen a él exclamando:
—¡Guelte! ¡Guelte!
Palabra que Sancho no entiende. Entonces ocurre algo conocido para todos los que han vivido una situación de comunicación lingüística limitada por el desconocimiento de la lengua usada: se recurre a los gestos.
Esta es la descripción de los movimientos corporales que los personajes realizan en el texto original:
Entonces uno de ellos sacó una bolsa del seno y mostrósela a Sancho,
por donde entendió que le pedían dineros
Sancho, recordemos, regresa de ser gobernador y va sin blanca, es decir, sin dinero (no tenía ostugo de moneda). Así lo da a entender a los extranjeros, con un gesto que hoy en día no sería el habitual:
y él, poniéndose el dedo pulgar en la garganta y estendiendo la mano arriba,
les dio a entender que no tenía ostugo de moneda
Observemos que en ambos casos aparecen dos verbos de acción (sacar una bolsa y mostrarla; ponerse el dedo pulgar en la garganta y *estender la mano arriba) que describen movimientos corporales muy sencillos. A continuación se utiliza el verbo „entender“, con lo cual se da por concluida la situación comunicativa.
Ahora bien, ¿cuál sería hoy en día el gesto utilizado para pedir limosna? ¿Y cómo es el de expresar, sin palabras, que no se lleva dinero encima?
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