Letras en danza

Lengua y Literatura en Español

EL PESAR DE LA CONTIENDA

Algo tienen en común la guerra y la música: suenan sin palabras. Punto. Ahí acaba la comparación. Una destroza, aniquila. La otra crea esperanza. 

Anoche estaba escuchando el concierto retransmitido en directo por la radiotelevisión de Berlín que ofrecían en el precioso y simbólico edificio de la Philarmonie, muy cerca de la Potsdamer Platz (aquí está el programa) …

… estaba escuchando las piezas que se tocaban: el himno nacional de Ucrania basado en el poema de Pawlo Tschubynskyj titulado Ucrania todavía no ha muerto (minutos emotivos en que las dos mil personas que ocupaban la sala de concierto se levantaron), el solo para violín titulado Réquiem por Ucrania, de Igor Loboda, Ravel, Bach, Verdi, Dvořák, entre otros … 

… Entonces, en algún momento entre los discursos e interpretaciones, quizás – no lo recuerdo con exactitud – en ese abismal segundo de silencio que precede a los aplausos, me vino a la memoria un breve texto de ficción escrito por Pedro Herrero titulado La trinchera. Hoy ni lo analizamos ni lo comentamos, como sería costumbre en estas Letras en Danza

… Solo deseo que detengan ustedes sus actividades (inne halten), se vacíen de imágenes y lo lean en silencio. 

… El poco tiempo que dure la lectura ya se lo hemos ganado a la desesperanza. 

LA TRINCHERA

En una de aquellas frías noches de enero, a un soldado le dio por tocar el violín. Algunos de sus camaradas ni siquiera sabían que supiera tocar, no que llevara consigo el instrumento, cuyas notas aliviaban el pesar de la contienda. A la noche siguiente se le unió un clarinete, salido igualmente de nadie sabe dónde. Y el dúo se acoplaba tan bien que pronto privó del sueño a la mayor parte de la tropa (motivo por el cual, durante el día, se apreciaba un notable descenso en la eficacia militar). Pero, al ponerse el sol, todos se alegraban de que los músicos siguieran allí para amenizar la velada. Así que, cuando -más adelante- se les sumó un acordeón, ya nadie se extrañó de que lo tocara el enemigo. Y claro, como cada vez dormía menos gente en ambos bandos, la guerra de trincheras pasó a ser un ejercicio de tiro al blanco sin premio para nadie. En cambio, el ocio nocturno ganó en intensidad y en primavera dieron comienzo las sesiones de baile. Al llegar el otoño, las lluvias aguaron la fiesta y en invierno volvieron las noches estériles. En una de ellas, a alguien le dio por liarse a tiros con los de enfrente, cuando algunos casi habíamos olvidado que sabía disparar. 

Pedro Herrero

Anotación: Agradezco al autor que me haya permitido publicarlo en estas Letras en Danza. Gracias. Danke. 

Tags:

Der Beitrag wurde am Mittwoch, den 16. März 2022 um 10:40 Uhr von Maria Jesus Beltran Brotons veröffentlicht und wurde unter Allgemein abgelegt. Sie können die Kommentare zu diesem Eintrag durch den RSS 2.0 Feed verfolgen. Sie können einen Kommentar schreiben, oder einen Trackback auf Ihrer Seite einrichten.

Schreibe einen Kommentar

Captcha
Refresh
Hilfe
Hinweis / Hint
Das Captcha kann Kleinbuchstaben, Ziffern und die Sonderzeichzeichen »?!#%&« enthalten.
The captcha could contain lower case, numeric characters and special characters as »!#%&«.