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Lengua y Literatura en Español

II Huecos

El sustantivo de la lengua española hueco se configura por lo que no es y se encuentra a su alrededor, es decir, aquello que lo de-limita le confiere entidad. Un hueco, esté donde esté, sea lo que sea, se define por el vacío y la ausencia, por lo que no contiene. De ahí la necesidad de de-fin-irlo en relación con lo otro circundante. Por ejemplo, las paredes de dos edificios. 

BERLÍN

En el Berlín occidental de los 70 y 80 del siglo XX se aprovecharon numerosos solares ya limpios de escombros y ruinas para instalar en principio, sencillos parques infantiles con el objetivo de que familias con niños disfrutaran al aire “libre” en la que por entonces era una ciudad amurallada. No todas las casas de vecinos bombardeadas durante la Segunda Guerra Mundial habían sido reconstruidas. Se utilizaron esos espacios urbanos para que los berlineses más pequeños pudieran columpiarse, deslizarse por toboganes y jugar en la arena. 

El paisaje urbano en el por entonces Berlín oriental, en este contexto de montaje de parques infantiles, fue bien diferente: entre otras conocidas razones, no hacían falta pues era posible desplazarse sin estorbos de tránsito fronterizo para salir de la capital de la RDA y disfrutar, por ejemplo, de los cientos de lagos, prados y bosques que salpican la Marca Brandenburgo. 

Me resulta arriesgado decidir qué palabra utilizar para nombrar esos espacios de juegos situados entre los muros de dos edificios, huecos urbanos que hasta la Segunda Guerra mundial eran inmuebles, viviendas de vecinos. Si utilizo la palabra Baulücke (bauen significa construir y el sustantivo Lücke se refiere a ese espacio-intermedio vacío) implica una posible reconstrucción de viviendas, esto es, se trataría de un parque infantil provisional. Por el contrario, si simplemente nos referimos al solar-espacio intermedio vacío como Spielplatz, – parque infantil -, situado entre las calles tal y cual, estaríamos ignorando lo que hubo allí y fue el origen de ese espacio hueco

Si los denominamos parque infantil, que es lo que son en la actualidad, cabría la posibilidad de pedir que se instale alguna placa con nombres, fotos, de quien había vivido en ese espacio, ya fuera la señora de la limpieza o la secretaria en una fábrica de Kreuzberg. Algún tipo de recordatorio como el que vemos aquí:

Placa conmemorativa colocada en el nuevo inmueble del espacio donde se ubicaba la casa natal de Marlene Dietrich en la Leber Straße de Schöneberg, Berlín. 

MADRID

Siguiendo en capitales, pero ahora ya nadando entre letras literarias, encontramos HUECOS-ESCONDITES, como los que vemos diseminados por esta cita: 

[…] la policía ha detenido en Madrid al comité de huelga. Los encierran en una prisión militar. […] Son la cabeza de una redada policial que parece interminable. Viviendas, edificios, calles enteras son sitiados, registrados, saqueados. Aparecen militantes obreros en huecos inverosímiles, encogidos en altillos de cuarenta centímetros de ancho por un metro de profundidad, metidos en dobles fondos de alhacenas, dentro de colchones, en depósitos de agua, en sótanos y azoteas, en carreteras y descampados.

Antonio Soler: Apóstoles y asesinos (2016)

No solo las personas se ven obligadas a esconderse. También es menester, para salvar la piel, ocultar la presencia de ciertos libros en una casa: 

Puig es barbero. Un barbero culto y vago que se ausenta de su trabajo y se va al mercado de los Encantes Viejos para comprar libros. En esos libros se le va la mitad del sueldo. A veces, Puig se demora en la escalera de su casa, sube hasta el último rellano del edificio y esconde los libros en el hueco de un ventanuco. Luego desciende con las manos en los bolsillos, alegre, hasta su piso.

Antonio Soler: Apóstoles y asesinos (2016)

© De esta foto: Alfonso Marín Guallar, Madrid calle Mesón de Paredes

Anotación: La primera y tercera foto están sacadas con la cámara del teléfono móvil durante un paseo dominical en el Berlín asolado por la pandemia Covid19. El tiempo climático va parejo con la tristeza ambiental de esta capital apagada. La segunda foto está tomada en el Schlosspark Marquardt junto al lago Schlänitzsee.

María Jesús Beltrán, Freie Universität Berlin

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Der Beitrag wurde am Samstag, den 9. Januar 2021 um 07:36 Uhr von Maria Jesus Beltran Brotons veröffentlicht und wurde unter Allgemein, COMENTAR, EN OTRAS LENGUAS, LEER abgelegt. Sie können die Kommentare zu diesem Eintrag durch den RSS 2.0 Feed verfolgen. Sie können einen Kommentar schreiben, oder einen Trackback auf Ihrer Seite einrichten.

Eine Reaktion zu “II Huecos”

  1. W. Löchel

    Es ist schön, mit dir die Lücken zu entdecken, in diese einzutauchen und auf deinen Spuren zu wandeln.

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