… ¿qué sucede el día en que una máquina comprende que es una máquina?, ¿qué pasa cuando un robot se da cuenta de que es un robot?
Estas preguntas iniciales aparecen en la novela de Belén Gopegui Quédate este día y esta noche conmigo (2017) y me abren la puerta -mental- para afrontar un tema de lengua delicado. Sí, hoy quiero comentar la desazón que me produce (inquietud solo a nivel profesional, por supuesto) la imposible satisfactoria traducción a la lengua alemana de la expresión “a flor de piel”.
Si he comenzado con una cita alusiva a las máquinas, es porque ni ellas ni los robots están habilitados para aplicar lo que esta expresión quiere sacar a la luz. Es probable que muchas personas tampoco estén dispuestas a experimentar lo que se relaciona con “flor de piel”, quizás porque en lugar de piel, lo que las separa del mundo sea una cubierta metálica a prueba de bombas imaginarias.
Pero partamos de lo común: hablemos de seres humanos capaces de sentir y emocionarse, y empecemos por la fuente original del texto de hoy. Les cuento: Hace unas semanas una buena amiga me preguntó “María Jesús, ¿cómo traducirías al alemán a flor de piel?”. A esta cuestión le siguió un breve mutismo por mi parte. No silencio, sino retención e introspección. Al poco le contesté con otras preguntas:
¿Por qué? ¿Para qué lo necesitas? ¿Dónde aparece? Así iba ganando tiempo y engrasando mi máquina cerebral de traducción simultánea. Pero no. No se trataba de contestar, sino de admitir que, en las décadas de contacto y estudio parejo, contrastivo, de ambas lenguas, hasta ese momento no había pensado en una posible traducción de a flor de piel. De manera que le propuse afrontar la tarea al alimón (otra expresión preciosa) dando un paseo otoñal por los confines de Berlín.
Este es el contexto de la expresión a flor de piel que despertó la curiosidad en mi amiga por conocer la traducción de la joya lingüística:
Poco a poco, a trompicones, empezaron las frases hechas. Las bendiciones, las gracias por esos días compartidos; los recuerdos de las charlas sobre el deporte y la ciudad, las prácticas con el balón y la canasta, los cuentos contados. Que no me iban a olvidar y que yo no les olvidara a ellos. Luego, progresivamente, las emociones a flor de piel. Se lanzó uno de ellos y le siguieron los demás. Me pedían que volviera, e insistían en darme las gracias por haber escuchado sus historias tristes. Me prometían que, para cuando regresara, ya habrían terminado el proceso y serían lo bastante fuertes para no volver a las calles. Repetían, uno tras otro, que ahora divisaban metas, y que ya habían vivido demasiado dolor y sufrimiento.
Fuente de la cita:
Àngel Burgas: Kalimán en Jericó
Pelaos de las calles, héroes de Medellín
Novela juvenil. Barcelona, 2014.
A FLOR DE PIEL
A partir de este contexto literario podemos constatar lo que ocurre alrededor de la expresión a flor de piel y lo que esta desencadena. Los personajes que actúan en esta situación se están despidiendo de alguien y lo hacen primero utilizando frases hechas, modismos previstos por otros. Lo hacen a trompicones, lo cual expresa aquí dificultad a la hora de expresarse; utilizan frases que les vienen dadas por otros, son frases impersonales, comodines impuestos desde fuera (frases hechas); también se mencionan bendiciones, algo del bien común predeterminado por otros. Promesas de no olvidar y petición de no ser olvidado. Generalidades.
SENTIRSE ESCUCHADO
Ahora, sin embargo, empieza lo interesante: Progresivamente se transforma lo que en la comunicación oral está prefijado por otros (frases hechas y bendiciones), experimentado en grupo (días compartidos, recuerdos de las charlas) en algo personal, individual: Se lanzó uno de ellos. Luego los demás, como individuos: piden, insisten, prometen, centran el agradecimiento en un acto concreto, el acto de la escucha. Haberse sentido escuchados significa haberse identificado como seres humanos. Uno tras otro expresa su singularidad.
Vemos un evidente contraste entre el antes y el después de la aparición de a flor de piel.
¿Qué es por lo tanto las emociones a flor de piel?
El movimiento de lo oculto tras palabras impersonales a la visibilidad del sentimiento sincero e individual. Parecería que en ese desplazamiento algo atraviesa la piel y se convierte en flor visible. Por lo tanto, a la hora de traducir, deberíamos contemplar la necesidad de expresar este movimiento hacia la visibilidad, evidencia, claridad de emociones sentidas y expresadas con naturalidad.
Es un gran pasaje literario, de literatura juvenil, que nos ayuda a entender la importancia de pasar de ser masa amorfa guiada por actos y hechos pre-definidos a convertirse en personas singulares y distintivas. Peculiares.
Las máquinas no se dan cuenta de que son máquinas. No se dan cuenta, por tanto, de que no se dan cuenta, reflexiona la voz narrativa de la novela de Belén Gopegui citada más arriba. Los seres humanos somos diferentes.
María Jesús Beltrán Brotons, Freie Universität Berlin, 2021
ANOTACIÓN: Agradezco a Àngel Burgas el permiso para copiar aquí el pasaje de su novela Kalimán en Jericó, que ya tanta gente conoce en la enseñanza secundaria en Alemania, gracias a la mediación y buen hacer de excelentes profesoras y amigas de estas Letras en Danza.
También le doy las gracias desde estas líneas a Karsten Wittenbecher por sus fotos ad hoc y su reiterada presencia en este blog.
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