Publicamos hoy otro comentario de Philipp Grolla, uno de los estudiantes de Lengua española -y de Filosofía, en la Freie Universität – que ya conocemos en estas LETRAS EN DANZA.
¿Es la ficción capaz de decirnos algo sobre la “realidad“?
En el microrrelato de José Emilio Pacheco “Relato de Eustolia” una joven intenta contar la historia de su vida desde un punto de vista personal y explica por qué se encuentra en una cárcel en aquel momento.
Eustolia llega a la ciudad de Chicago con su familia cuando todavía es pequeña. Como su papá abandona a la familia y su mamá muere poco después, Eustolia tiene que vivir con una familia tutelar en la cual ella es víctima de maltrato y abuso sexual varias veces. Sufre mucho y empieza a prostituirse para ganar dinero y un poco de independencia y autonomía. También desde entonces comienza a tomar drogas.
Sin embargo algunos años después se da cuenta de que ya no quiere continuar trabajando para su proxeneta Mike y a partir de entonces trabaja con clientes propios. Desgraciadamente se queda embarazada y da luz a un hijo. De todas formas Eustolia está completamente desbordada y como no tiene esperanzas de que la situación mejore, mata a su hijo.
Indudablemente el destino de Eustolia es horrible. El microrrelato presenta a una mujer joven que probablemente nunca ha experimentado seguridad y alegría en su vida. No ha tenido ni una familia que la quiere ni alguien que la apoye. Hasta este punto su vida no le ha salido bien. Su vida está fracasada y los lectores lo comparten. Sabemos que la historia no es real sino ficticia, pero la peculiaridad de la ficción es que esto precisamente no importa.
Normalmente nadie se interesaría por el destino de una prostituta joven que mata a su hijo. Pero la ficción lo acerca e ilustra. Como crea una realidad alternativa omite algunos detalles insignificantes y aumenta otros para ponerlos en contexto y muestra las conexiones, de manera que podemos comprender por qué Eustolia se convierte en una prostituta. Reconocemos la relación entre las circunstancias exteriores y su vida interior.
Aunque no existe una mujer encerrada que se llama Eustolia, su cuento nos conmueve muchísimo y para mí este es uno de los méritos de la ficción: Es capaz de dirigir nuestra atención a un aspecto en el mundo real que normalmente no percibiríamos a través de movilizar, exigir y perturbar nuestros sentimientos. La ficción nos afecta y en el caso de Eustolia alza la voz para gente que está al margen de la sociedad. Gente a la que normalmente se margina. Eustolia plasma la imagen de alguien que no puede articular su perspectiva.
Philipp Grolla, 2014
Tags: MÁS QUE PALABRAS, MICROS