La voz que saca a las mujeres del silencio
Uno de los aspectos más significativos del cuento Santalla el escapado -el resumen del argumento se encuentra cliqueando aquí -gira en torno a las voces narrativas: la del narrador onmisciente en la primera parte y la aparición de una voz narrativa de mujer que confiesa conocer la historia por el relato de su abuelo, que evidentemente ella recrea. Es el papel de la narración como recuerdo de unos hechos y representación de unas vidas silenciosas y abnegadas, las de las mujeres, a las que de alguna forma saca del silencio y del olvido. Veámoslo en detalle.
El abuelo de la narradora fue uno de los mozos del pueblo que fue a buscar a Santalla y él le contó lo ocurrido (Mi abuelo fue uno de los llamados. El me contó cómo durante días … Me dijo también...). Y la misma narradora recuerda haber visto a Santalla hablando con su padre (Yo aún recuerdo cuando de niña … mientras conversaba con mi padre. ). Entonces ella combina la narración de su abuelo con sus propios recuerdos y recupera la memoria de las mujeres que no conoció pero que según ella son las protagonistas de rostro desconocido (…imaginarme a las dos mujeres que no conocí, artífices de la vida y la libertad de aquel hombre …).
A través de la segunda voz narrativa, la de una mujer, se rinde homenaje a la madre y hermana del protagonista, fallecidas a consecuencia de las torturas sufridas por no haber querido revelar el paradero del único hombre de la familia.
Más allá del texto: Una biografía real
La actitud servil, sumisa y callada de las mujeres en este cuento, contrasta con el perfil que leemos en el ensayo de Julián Casanova, La Iglesia de Franco (Ed. Crítica, Barcelona, 2005 pp.109-110). Se trata de la breve biografía de la primera mujer alcalde del país, que fue “paseada”, es decir, fusilada en los primeros meses de la guerra. Gracias a este documento, se ilustra la existencia de personas –una mujer en este caso- que opusieron resistencia activa y pagaron también con su vida. El perfil biográfico de una mujer tan emprendedora y luchadora como María Domínguez contrasta con el abúlico Santalla, que se deja hacer y se muestra indiferente a lo que ocurre a su alrededor. Veamos algunos datos de esta mujer:
María Domínguez, nacida en 1882 en un pueblo de la provincia de Zaragoza. De familia pobre y sin estudios. María tiene que dejar de asistir a la escuela para ayudar en casa. Sus padres la obligan a casarse con alguien que ellos eligen. Sufre malos tratos por parte de su marido. Antes de cumplir 8 años de matrimonio huye a Barcelona en 1907. Trabaja duro y ahorra dinero. Lee mucho y escribe. Colabora en un semanario de Aragón entre 1914 y 1920. En 1918 empieza a trabajar como maestra en Navarra. Después vive en Zaragoza y se casa con Arturo Romanos, un militante socialista. Sigue escribiendo. Colabora con su esposo en tareas de corte político. En 1932 asume un cargo político. En 1936 fue asesinada en circunstancias no claras, poco después de que su marido también fuera asesinado en un pueblo cercano. En el registro consta que ella no trabajaba, sino que se dedicaba a las tareas de su casa.
Si comparamos ambos personajes: el ficticio de Santalla y el de María Domínguez, llegamos a las siguientes conclusiones:
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Los dos personajes, María y Santalla, llevan vidas muy diferentes, aunque ambos proceden de familias muy sencillas y sin formación.
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En la vida de Santalla destaca la inactividad y el dejar que su hermana y madre cuiden de él. Después de cometer actos violentos, se esconde. Por el contrario, la biografía de María Dominguez revela su enorme actividad e iniciativa personal para realizar lo que ella desea, separándose de la persona con la que sus padres le han obligado a casarse y huyendo a Barcelona para ganarse la vida.
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Santalla también huye, pero para que la Guardia Civil no lo encuentre. María Domínguez desarrolla una actividad política y llega a ejercer un cargo público. Santalla no consigue nada por sí mismo. Su actitud pasiva provoca indirectamente la muerte de su hermana y de su madre. La actitud activa de María la lleva a la muerte en las circunstancias violentas de los primeros meses de la guerra civil.
El título en el cuento de Pilar Cibreiro, lleva el nombre del hijo y hermano en su calidad de escapado, por lo tanto aparece como centro de la historia. El relato, sin embargo, se puede considerar -desde la perspectiva de la voz narrativa – un homenaje a las mujeres silenciosas. Cabría imaginarse, después de establecer las anteriores comparaciones, otro título para el cuento, o plantearse, por qué decidió la autora ponerle el que lleva.
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