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Lengua y Literatura en Español

IV HUECOS EN LITERATURA

En las últimas semanas hemos hecho acopio de huecos. Huecos que no se pueden volver del revés como un calcetín, una bolsa de la compra reutilizable o la funda de una almohada. Pero sí podemos observar los huecos desde diferentes perspectivas. 

La primera gran diferencia en el uso del sustantivo hueco radica en que este se puede referir a un espacio físico o a un lapso de tiempo. Sin olvidar que existen huecos relacionados con sentimientos, emociones. 

© Ines Mahler, Kreuzlingen (Suiza)

En mi recopilación literaria de huecos, uno de los pocos ejemplares encontrados se refiere a un lapso de tiempo al que se le saca provecho leyendo a Flaubert: 

Fueron unos días pesados, con sórdidas comparecencias ante notarios y jueces, llevando y trayendo documentos al laberíntico Pa­lacio de Justicia, que, en las noches, me dejaban desvelado y cada vez más impaciente por regresar a París. En los hue­cos libres, releía La educación sentimental, de Flaubert, por­que, ahora, la madame Arnoux de la novela tenía para mí no sólo el nombre, también la cara de la niña mala.

Mario Vargas Llosa Travesuras de la niña mala (2006)

Ahora bien, como ya hemos leído en los HUECOS anteriores I, II, III, la mayor cantidad de huecos – sustantivos – aparecen en el mundo material, táctil, palpable, tangible, físico: campo, ciudad, seres vivos…, por ejemplo, el ser humano: Recorremos ahora el cuerpo donde se alojan huecos cuyos límites a la vista están: 

En todo caso, no es la cara de alguien que se divierte; más bien, la de quien acaba de bostezar o aullar y ha quedado desmandibulado, los ojos entornados, las narices dilatadas y las fauces abiertas, mostrando un hueco oscuro, desdentado.

Vargas Llosa: La fiesta del chivo (2000)

Esta representación de un hueco y la siguiente guardan parentesco con algunas figuras de las Pinturas Negras de Goya, impresiones aptas para potenciar la desazón: 

No me mientas, Aminta, ¿acaso viste el hueco horrendo que tiene en vez de boca? 

Laura Restrepo: Delirio (2004)

© Ines Mahler, Kreuzlingen (Suiza)

El hueco sirve a su vez como caja de resonancia para albergar emociones que re-suenan por todo el cuerpo. Lo leemos aquí en un pasaje escrito de forma magistral por una muy joven escritora española. Fíjense si no en la isotopía auditiva (oír, sonido, resonancia, atronar, voz, sonar, articular):

Nat oye las palabras sin alcanzarlas. Percibe los sonidos, pero no los agarra. Algo ha empezado a cambiar en su interior. Su furia se disuelve y cede el paso a un hueco cuya resonancia atrona por todo su cuerpo. Ha caído en un pozo y se está ahogando. Se frota los ojos con los puños, mirándolo ya desde un lugar distinto. Su voz —su propia voz— le suena muy remota, como si se articulara desde muy lejos, fuera de ella.

Sara Mesa: Un amor (2020)

¿Dónde ubicar el dolor que parece haberse hecho un hueco? ¿Por qué el dolor se instala en un hueco y no en la cabeza, la nuca o el dedo pulgar, por nombrar algo visible?

Fue tu orgullo el que alzó la máquina, ¿acaso querías demostrarle al Padre que no te doblegaba?, los demás te mirábamos desde el hueco de dolor […].

Laura Restrepo: Delirio (2004)

Además de dolor, los huecos son espacios vacíos producidos por pérdidas, desengaños, rupturas, o quién sabe qué:

… se sentó en la barra del bar y pidió una cerveza bien helada y con espuma. Entonces se dio cuenta de que no le había preguntado al padre cómo se llamaba el perro. Bah, era un perro. Después de todo, el padre tampoco le había preguntado el nombre del novio la primera vez que le habló de Javier. A la que tendría que ignorar era a Leonora, no al cachorro que venía a llenar quién sabe qué hueco.

Alejandra Costamagna: El sistema del tacto (2018)

Fazit y mi apostilla personal

Llegamos con esta duda al final de nuestro recorrido literario con huecos. En alemán utilizamos la palabra Fazit (resultado, resumen, conclusión), para expresar la esencia de aquello que se ha venido estudiando y se expone al final. Pues bien, este sería mi hecho concluyente: En textos literarios la presencia de la palabra hueco aporta una connotación negativa.  

Dándole la vuelta a la palabra, ya más allá de los textos, busquemos todo aquello que no hemos encontrado en los huecos: alegría, optimismo y humor.  

Recordando con nostalgia y buen humor, que no son incompatibles, los tiempos de presencia física en el aula.

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Der Beitrag wurde am Samstag, den 23. Januar 2021 um 08:40 Uhr von Maria Jesus Beltran Brotons veröffentlicht und wurde unter Allgemein, COMENTAR, EXPLICAR, LEER abgelegt. Sie können die Kommentare zu diesem Eintrag durch den RSS 2.0 Feed verfolgen. Sie können einen Kommentar schreiben, oder einen Trackback auf Ihrer Seite einrichten.

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