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Stolpersteine: Adoquines para la memoria

Transcribo a continuación el texto escrito por Antje Gravenkamp, que ahora se prepara para ser profesora de lengua española en secundaria, en Alemania. El texto responde a unas normas dadas en mis clases: se trata de un ejercicio de redacción, que forma parte de un proyecto realizado a finales de 2012 con un grupo de estudiantes de Filología Española. En dicho proyecto recogíamos historias de lugares menos conocidos -por los turistas – en Berlín, que conservan una cierta cantidad y calidad de memoria.  Hoy pongo aquí el texto de Antje, que  me ha permitido publicarlo.  Gracias, Antje.

Stolpersteine

Adoquines para la memoria

El proyecto “Stolpersteine“ se inició en el año 1990, el año del quinguagésimo aniversario de la deportación de los Sinti y Roma de Colonia durante el Tercer Reich. El artista Gunter Denning decidió pintar una línea desde todas las casas de las víctimas hasta el lugar adonde fueron deportados. A lo largo del tiempo se extendió el proyecto que ahora incluye todos los distintos grupos de víctimas del régimen Nazi y existe en casi todas las ciudades alemanas e incluso en otros países europeos, por ejemplo en los Países Bajos, en Austria y en la República Checa. También cambió la forma de conmemorar estas personas. Ya no hay líneas por las ciudades sino que hay adoquines de latón delante de las casas en las que vivieron las víctimas antes de ser deportadas. Hay un adoquín para cada víctima. Así que delante de las casas en las que vivía una familia hay varias Stolpersteine. En las piedras se encuentran el nombre, la fecha de nacimiento, el año en el que la persona fue deportada y el lugar en el que murió. De ese modo el artista intenta restituirles el nombre a las víctimas quienes en los campos de concentración fueron reducidas a un número perdiendo su identidad. Incluso después de la segunda Guerra Mundial nadie se puso a pensar en quiénes fueron las personas quienes habían sido matadas. Solamente se trató de cifras enormes. Además quiere mostrarles a todas las personas que siguen postulando que no se habían dado cuenta de las crueldades cometidas en la época nazi simplemente mostrándoles que incluso en su vecindad había algunos casos, porque los había por todos lados.

Lo más interesante de ese memorial es el hecho que es decentral y por eso es tan enorme. En el año 2012 ya hay más de 35.000 adoquines en 750 ciudades europeas. Si uno se fija en los Stolpersteine las va a notar por todas partes.

Un traspié de la mente y del corazón

A pesar de todo esto, el tema de las Stolpersteine suscitó también reacciones negativas. La anterior presidente del Consejo Central de los Judíos en Alemanía pensó por ejemplo que es insoportable que la gente ande encima de las placas conmemorativas de judíos muertos. La mayoría de las ciudades que no quiere tener Stolpersteine se remite a esa crítica como por ejemplo Múnich donde se han tenido que quitar las piedras que existían en terreno público. Demning no entiente esta crítica. Lo que le parece más importante es que al agacharse para leer el texto en la Stolperstein, la gente se inclina simbólicamente ante las víctimas.

Otro argumento en contra de los adoquines está directamente relacionado con el nombre “Stolpersteine” porque la palabra alemana stolpern significa dar un traspié. Por eso hay gente que teme que alguien se va a caer al andar encima de las piedras. La mejor respuesta a estos críticos la dio un estudiante del colegio. Dijo que no se va a caer nadie sino que sería más bien un traspié de la mente y del corazón. Además había un conflicto en Colonia donde en el año 2011 el Ministerio de Hacienda decidió que ya no se trataba de creación artística sino de producción en masa para la que hay que pagar una tasa de impuesto mucho más alta forzando al artista a pagar miles de euros. Después de muchas protestas se retiró la decisión.

A mí personalmente, este proyecto me gusta mucho porque es mucho más personal que los demás memoriales para las víctimas del Tercer Reich. No entiendo las críticas que hay porque ni es peligroso, ya que los adoquines están al ras del suelo, ni creo que el andar encima de las piedras muestre una falta de respeto. Creo que es importante mostrarnos a todos cuánta gente se vio afectada por esta dictadura tan cruel y que no estaba todo muy lejos sino que fueron los vecinos probablemente también amigos de nuestros antepasados. Además creo que es muy importante el devolverles la identidad a las víctimas porque esto significa también devolverles su dignidad que se les había quitado al deportarlos.

Autora del texto: Antje Gravenkamp

Estudiante del Master para Profesores de Lengua Española en Berlín (2012). Freie Universität

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Der Beitrag wurde am Sonntag, den 12. Januar 2014 um 09:32 Uhr von Maria Jesus Beltran Brotons veröffentlicht und wurde unter EN OTRAS LENGUAS abgelegt. Sie können die Kommentare zu diesem Eintrag durch den RSS 2.0 Feed verfolgen. Sie können einen Kommentar schreiben, oder einen Trackback auf Ihrer Seite einrichten.

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