Cuando Jonás -en la novela de José Jiménez Lozano- se encuentra en Jope buscando una embarcación que lo aleje de su tierra natal, encuentra a un joven judío, que habla varios idiomas. El chico ha recogido una llave que se le ha caído al profeta, y se la entrega. Se trata de
la llave de su arquetilla en la que tenía guardadas sus escrituras.
(p.58)
De ahí que sepamos que Jonás escribe, y guarda en una arqueta, es decir, un cofre pequeño, lo que escribe.
Además, sabemos también que Jonás dedica poemas a Micha, aunque ella los desconstruye o simplemente, enfadada por otras cuestiones domésticas de la vida hogareña, los hace mil pedazos. Por eso podemos afirmar que también la palabra escrita forma parte integrante de la vida del profeta.
En la novela El viaje de Jonás se cuenta que después de cumplir el profeta con su misión en Nínive, este regresa a su hogar, si bien no directamente. En un alto en el camino, se tumba bajo un ricino a descansar. Este árbol desaparece en el lapso de tiempo de una noche y al despertar Jonás se encuentra de nuevo en un “no-espacio”, es decir, con la ausencia del ricino. El profeta siente de nuevo una mordedura de su ánima pues se acordaba del verdor y la estatura del ricino. En el diálogo posterior que mantiene con la Presencia (capítulo XVII), Jonás muestra su cólera, su enfado por el perdón de lo Alto a los ninivitas, quienes arrepentidos ya distinguían su mano derecha de la izquierda. Pero en un tira y afloja del protagonista con la Presencia, Jonás cede por fin medio a regañadientes, y expresa su perdón.
Sin embargo, en esta conversación, queda en el aire una pregunta de la Presencia sobre si Jonás daría su bastón a los ancianos de Nínive a quienes les haría más falta que a él. Otra pérdida más, esta vez material, aunque con sentido personal simbólico para el profeta. El bastón es en esta historia de la novela, una referencia física y de identidad que Jonás mantiene con su yo de profeta. Con el hecho de desprenderse de su bastón – o siquiera la posibilidad de hacerlo- percibimos una nueva pérdida física o simbólica del personaje, quien, para ponerse a realizar su labor, tiene que desprenderse de todo lo personal.
Todos estos aspectos contribuyen a que el lector configure en su interior, en su percepción (en alemán decimos tomar lo verdadero: Wahr-nehmnug) al personaje de Jonás en las páginas de la novela. Pero esto no es todo.
Si consideramos el conjunto de escritos de Jiménez Lozano como una obra coherente en su totalidad, que a mi entender lo es, podemos establecer un diálogo o continuación entre el final de la historia de Jonás en la novela y el poema titulado ASÍ SE HIZO ESCRITOR JONÁS, PROFETA, publicado en EL TIEMPO DE EURÍDICE, en 1996 (pp. 211-213). En los primeros versos de este poema se recoge la experiencia acumulada por Jonás en su trayectoria vital a través del verbo “saber” y se le sitúa en el “no-espacio” del ricino:
Cuando se secó el arbusto, que le daba sombra,
supo Jonás que el mundo es vano,
mentiroso, cruel, un haz de víboras
…
Jonás, en los versos, ruega “para que ese mundo fuera destruido, / reducido a ceniza”. Es decir, se da una protesta, una indignación por su parte. Entonces aparece también aquí una especie de Presencia, un ángel que le toca el muslo y le deja cojo. La consecuencia es que Jonás tiene que quedarse en casa una larga temporada. Al cabo del tiempo, aparece un ángel en su hogar y lo acompaña. Con esta compañía Jonás empieza a ver el mundo de nuevo:
Vino de nuevo para jugar con él a las canicas,
machacar ladrillo, pescar renacuajos,
mirar ojos de muchachas
y también los de las hormigas
al microscopio, y estrellas, abedules,
gatos, pájaros silenciosos,
¡tanto mundo!
Tenía que colocar a cada cual, a cada cosa,
A todo quisque en su sitio verdadero,
…
Entonces el ángel, antes de marcharse, le ordena escribir. Jonás escribe, temblando al hacerlo, porque “sabía que podía construir un mundo / y tenía que poner cuidado / no fuera como éste”. Escribe a la sombra de la “calabacera muerta”, y entendemos que lo hace desde el despojo total del propio yo: “al narrador se le exige que renuncie a su yo”, J. Jiménez Lozano en El narrador y sus historias, (2003, p. 178); y desde la memoria
… un autor lleva a cuestas sus lecturas y la interiorización de éstas, la interiorización de la cultura en que vive y a la que pertenece, su conversación en los adentros con otras culturas y las culturas de otros tiempos, sus experiencias, sus sueños y su memoria, pero entrelazados con los de los demás. Su memoria es la memoria de todo eso en realidad, y no el estricto acervo de sus recuerdos personales …
(El narrador y sus historias”, p. 179)
El espacio de la escritura es una página en blanco en el sentido material, y en el físico y mental del escritor, un despojarse de todo lo que es yo. Escribir presupone por lo tanto un despojarse de todo lo personal.
Después, el escritor realiza un viaje a los adentros: “una narración se ve y se escucha en los adentros”, (El narrador y sus historias, p. 179).
Jonás, escritor, pintará el mundo con palabras al igual que que lo hace el dibujante egipcio a quien el profeta visita en su tienda que estaba totalmente apartada para que le dejaran dibujar en paz; con el silencio que necesitaba (p. 33). Este dibujante lleva en la frente pintado un grande y muy hermoso ojo de color azul claro. Jonás se fija en él y el dibujante le explica que
– Éste es el ojo para ver las lejanías, que me pintó mi maestro de hacer mapas, poco antes de morirse, para que recordase el pasado, y pudiese también pintarlo aunque no se viese; porque allí debía de estar, y estaba.
(El viaje de Jonás, cap. III, p. 33)
(Continuará)
EL VIAJE DE JONÁS (IV) ____________________ JONÁS, ESCRITOR
EL VIAJE DE JONÁS (III): LA PÁGINA EN BLANCO
Claro está -y todos lo sabemos- que Jonás no muere en el mar. Su caída al agua es el comienzo de una etapa fundamental en su viaje, en su recorrido vital. En este momento de la narración en el que vemos al profeta “encogido en su corazón y en su ánima”, la cita inicial que abre el libro EL VIAJE DE JONÁS adquiere sentido completo:
«Para una herida interior, la cosa más soberana del mundo
es aceite de ballena»
W. Shakespeare, Enrique IV, I parte.
Jonás entra en el mar profundamente afligido y apenado (“herida interior”). El alivio para su dolor se le ofrece en forma de olor de “aceite de ballena”. En efecto, el lugar por donde transita descendiendo hacia las profundidades del mundo huele a sal, pescado y aceite: No veía nada absolutamente, y sólo de vez en cuando llegaba a su nariz un intenso olor a sal, a pescado, a aceite, y también a algas marinas (p. 83).
El espacio adonde llega Jonás dentro del agua del mar en un recorrido descendente, a lo profundo de las profundidades, lo percibe el profeta por el olor, aunque a continuación se pinta con palabras y va configurándose por la negación: es un lugar
donde no hay luz ni sombra, ni sonidos ni forma, ni tierra firme ni agua, y nada de criatura alguna
(p. 87); un espacio definido entonces tanto por la negación de lo que se percibe por los sentidos -vista, oído, tacto-, como por la ausencia de seres vivientes.
El no-espacio material en que el profeta se encuentra, se entremezcla y combina con otro espacio inmaterial, el de los adentros de Jonás, pues se dice que le rodearon las aguas hasta el alma, le cercó el abismo. Su interior se iguala a lo que le rodea en el exterior de su persona: la ausencia de formas, sonidos, tierras y aguas, se asimila al desfallecimiento en su interior, el de su ánima: Jonás perdió pie y no sabía adónde asirse.
El vacío donde Jonás siente perder pie en sus adentros y el del espacio donde se encuentra, también tiene lugar en su mente, ya que no acierta a componer ninguna idea en su cabeza (p.83). Es más, Jonás pierde la capacidad de percibir su entorno por los sentidos:
… y ya los ojos no le valían para ver, ni la boca para gustar salobre o dulce, ni la mano para palpar áspero o suave, ni oído para oír palabra, ni sílaba de palabra, ni letra vocal o consonante; ni llanto, ni silbido ni jadeo, ni grito; ni imaginación ni memoria.
(pp. 88-89)
Exterior e interior, percepción por los sentidos o el intelecto, todo es pérdida o ausencia, total despojamiento, es decir, ya todo es nada. Aquí llegamos a un primer momento crucial de la novela en la trayectoria vital del protagonista. Ahí, en el fondo de la nada, en el arcano de los adentros del mundo cerrado con cerrojos, y sellado con sellos de lo Alto, es donde Jonás hace memoria de YHVH, donde le recuerda. E inmediatamente Jonás es reconstruido y sacado de la fosa donde no había sido ni existido. En este momento, la primera acción del profeta es el agradecimiento expresado como un gran clamor de gratitud (p. 89).
El paso de Jonás al fondo del mar y la estancia en el lugar que no es, en la no-nada, tiene su equivalencia o correlación, en el capítulo La ballena de la novela de Jiménez Lozano titulada El mudejarillo (1992). En esta narración se dice que a fray Juan (se refiere a Juan de la Cruz), protagonista de las narraciones, se lo tragó la ballena. Se trata del capítulo correspondiente a la etapa de la vida de Juan en la que está recluido en la cárcel, donde sufre privación. En la descripción del lugar adonde llegan ambos protagonistas –Jonás y Juan– hay un movimiento descendiente: Jonás llega a un lugar que está por debajo de los cimientos donde se sostiene el mundo. A fray Juan, se dice explícitamente que se lo traga la ballena, animal que
desciende a las aguas que están debajo del mar y a las raíces y fundamentos de la tierra que van a dar allí.
(El mudejarillo, p. 88)
Jonás, por su parte, tiene la
sensación de desplazarse como en una embarcación y se desliza como por un
plano inclinado como de un tobogán de juego
(El viaje de Jonás, p. 83).
En el capítulo titulado La ballena en El mudejarillo, Juan no aparece él mismo como personaje que ve y siente –como ocurre con Jonás-, sino como sujeto paciente al que se lo traga la ballena (Ya poco de esto fue cuando a fray Juan se le tragó la ballena – p. 88), y luego se dice que “no quedó rastro de Juan”: se pierde presencia y luego el rastro exterior del poeta; y a continuación, desaparece todo lo que es y está materialmente en el mundo visible que le rodea y que forma parte de su sentir.
La manera en que está narrado el despojo y la llegada de ambos personajes a lo que no es, se plasma en ambas narraciones de forma distinta: En la novela El viaje de Jonás, cuando el profeta cae al agua es él el centro de atención desde el cual van desapareciendo formas y sentimientos percibidos a través de los sentidos o bien porque son captados mentalmente. El mismo profeta se da cuenta de que está dentro del vientre de la ballena del mundo (p. 87), todo lo que no es se percibe desde la perspectiva del personaje Jonás, quien, llegado el momento, hace memoria y clama agradecido.
La desaparición de todo lo existente, en el caso de Juan, se presenta materialmente en la novela El mudejarillo a través de un procedimiento que consiste en el despojo de palabras y letras en las páginas del capítulo La ballena. Primero, desaparece la persona engullida por la ballena. Luego no queda ni rastro de ella: Ni rastro de hombre. Ni de los animales que escucha y le acompañan:
Ni rastro de pájaro.
Ni rastro de grillo.
Ni rastro de alondra.
Después se presenta la desaparición total de objetos y sonidos relacionados con el personaje Juan:
Ni rastro de papeles.
Ni rastro de aes
Ni rastro de ¡ay!, ni nada.
Y ya por último son las mismas palabras las que van desapareciendo:
Ni rastro de nada.
Ni rastro de sombra de nada.
Ni rastro de sonido de nada.
Nada.
Ni rastro de n.
Ni rastro de a.
Ni rastro de d.
Ni rastro de a.
Nada.
(El mudejarillo, pp. 88-89)
El siguiente capítulo de esta novela se titula: Ni rastro de nada, (p. 90) y el capítulo completo es una página en blanco. El poeta no solo ha desaparecido de la narración, de la historia de su vida en la novela; también ha desaparecido físicamente del libro.
La página en blanco es el arcano de los adentros del mundo, el no-espacio vivido por Jonás y Juan, a partir del cual ambos hacen memoria del mundo. Los dos protagonistas utilizan la palabra, después de salir de los arcanos del mundo, para pintar con palabras. Juan lo hace en el capítulo Canciones, donde
tenía mucha prisa en decir lo que había visto y oído en poder de este monstruo el tiempo que le había estado paseando por su vientre, que era un laberinto de muchas y maravillosas cosas y de versos de amor y de una fuente, un jardín, una noche.
(El mudejarillo, pp. 96-98)
(Continuará)
EL VIAJE DE JONÁS (II): ESPACIOS
(Continuación de la lectura y comentario de la novela EL VIAJE DE JONÁS, de José Jiménez Lozano)
Todo viaje ha de desarrollarse, naturalmente, a través de algún espacio recorrido. El de Jonás, en el texto de ficción de Jiménez Lozano, es circular: Jonás sale de su casa huyendo, viaja por tierra y mar; pasa tres días en el interior de la ballena; sale del mar y va a Nínive a realizar su encargo. Por fin regresa a casa.
En la novela El viaje de Jonás se nombran, al principio de la narración, varios viajes anteriores a pie que Jonás había hecho a Nínive, por ejemplo, para la compra del bastón y la túnica; o los viajes profesionales a Nínive donde según Jonás le han tratado mal. Una etapa del viaje es la travesía por el desierto con los mercaderes, en la primera parte de la huida que realiza montado en un camello de la caravana. Jonás, a la espera de embarcarse, deambula por Jope, ciudad portuaria donde se describen su puerto y los baños. Desde el barco donde viaja el profeta, se ve zarpar a la nave y la travesía por el mar, que Jonás pasa en la cubierta, pero sobre todo en el interior del barco, en la bodega.
Aparece luego, en este texto de ficción, la descripción detallada de la bajada al infierno en el interior de la ballena o similar; el regreso a Jope saliendo del mar, las escenas con los portadores de noticias en la playa; y el viaje definitivo y directo a Nínive, donde se describen calles y edificios.
Una vez cumplida la tarea, el desplazamiento es el siguiente: vemos salir a Jonás de la ciudad sin que se aleje demasiado pues espera ver la destrucción; el descanso en campo abierto bajo el ricino; la aniquilación nocturna de este y el encuentro del profeta en ese mismo espacio con la Presencia –pero sin el ricino-, momento crucial en que Jonás perdona a los ninivitas, incluidos aquellos que le habían perjudicado. Por fin, aparece Micha y anuncia el regreso al hogar.
Se pueden establecer varios contrastes entre los espacios por los que transita Jonás: lugares domésticos o comerciales (el hogar, la tienda Tiffany´s). Espacios urbanos (Nínive, Jope), o al aire libre (desierto, mar o playa). Los espacios naturales se describen con detalle y en ellos destacan las sensaciones percibidas por los sentidos: Jonás se percata, por ejemplo, de que el silencio en el mar era doble que el silencio del desierto (p. 66). O bien se establecen comparaciones para subrayar la belleza del entorno:
Y la noche era plácida y solemne. Profunda como esas noches de verano que parecen una tienda levantada en el desierto para descansar bajo aquellos hermosísimos candiles, y la consoladora brisa. Serena como las noches de invierno, en las que parece que se tocan con la mano las esferas de cristal del mundo, y las estrellas semejan lejanas luciérnagas o preciosas piedras labradas, y distribuidas con la geometría y las imaginaciones de mapas y poetas (p. 118).
La admiración por la hermosura del espacio abierto nocturno, palacio cuajado de candiles, (p. 63) aparece también en numerosos poemas del autor recogidos en varias colecciones, por ejemplo, en el poema de ocho versos libres, titulado NOCHE DE ESTÍO, recogido en EL TIEMPO DE EURÍDICE (1996). Ahí se plasma una visión –en el sentido de mirada, acción y resultado de ver- de la noche en verano, el sonido percibido en ese espacio abierto y nocturno, pensamiento –duda-, sentimiento –esperanza- y reflexión, bajo la mirada vigilante de un pájaro nocturno.
NOCHE DE ESTÍO
Una noche así, en su negrura,
la lámpara de plata iluminando
mi duda y un poco de esperanza,
es como un antiguo santuario ya en desuso.
Pero ahí, aún se oye, lento,
el paso cansado de los dioses.
¿O es sólo el cárabo en vigilia
de mis pensamientos?
(EL TIEMPO DE EURÍDICE, p. 16)
El cárabo de estos últimos versos, parece acompañar los pensamientos del poeta. También en la novela El viaje de Jonás, en una noche decisiva en el barco donde viaja el profeta, aparece un pájaro nocturo, un búho, animal del que el capitán afirma que es muy prudente y pacífico, silencioso vigilante de la noche (Es un búho. Son muy prudentes y pacíficos; los silenciosos vigilantes de la noche, p. 65. ). Jonás, en la bodega del barco, se asusta al sentirse observado por el búho cuya mirada parecía la de un filósofo burlón, o que podía preguntarle adónde iba, de qué huía (p. 66).
El silencio doble de la noche en el mar, la mirada del búho que hace reflexionar a Jonás sobre su huida, la tormenta desatada en medio de la noche, allanan la decisión del profeta: Ha de ser él mismo a quien han de arrojar por la borda, así lo comunica a los marineros y al capitán, y así sucede. Esta decisión da paso al primer giro en la trayectoria interior de Jonás quien en este momento admite su error con el ánimo apocado: Jonás llegó al agua hecho un ovillo, y encogido en su corazón y en su ánima, pensando en lo mal que había hecho huyendo de YHVH, y lo necio que había sido creyendo que podía ponerse fuera del alcance de sus ojos, y disponiéndose a morir, aceptando su destino justo (p. 81).
(Continuará)
Lo que nos hace humanos
Las clases del Sommersemester 2014 han dado comienzo y con ellas la actividad estudiantil, la participación en el aula, la charla e intercambio, la escritura.
En una de nuestras clases de lengua hemos charlado sobre un texto de ficción peculiar, del autor mexicano Alberto Chimal. Este escritor pertenece a la nueva generación de cuentistas mexicanos. Su microrrelato titulado 01100 aparece publicado en la antología de cuentos Alebrije de palabras. Escritores mexicanos en breve (Universidad Autónoma de Puebla, Puebla, México, 2013). 01100 ha sido seleccionado por el profesor Fernando Valls y lo ha publicado en su bitácora LA NAVE DE LOS LOCOS hace solo algunas semanas. El breve texto de ficción se puede leer cliqueando aquí.
En este microrrelato se habla de unos robots que acuden al cabaret de una ciudad llamada de los robots. En ese local suelen actuar artistas de todo tipo y de formas variadas. El que más éxito tiene es Benito Punzón, un artista que emociona a los clientes. Actúa sin instrumentación y en su repertorio aparecen sonidos muy antiguos: zumbidos, martilleos, chasquidos. Los robots clientes reaccionan conmovidos y emocionados ante estos ruidos que solo conocen y han oído en este local
El texto nos interesó por su aparente sencillez. Lo leímos y a primera vista no nos llamó nada la atención, sin embargo, nos atrajo: estuvimos un tiempo hablando en clase e intercambiando opiniones. Les pedí a los estudiantes que pusieran por escrito sus comentarios y aquí están ya. Agradezco a Julia, Jonas, Militsa, Philipp y Michael que me hayan mandado sus comentarios para publicarlos en estas LETRAS EN DANZA de su universidad en Berlín.
JULIA:
En el siglo XX y XXI ya se han publicado muchos textos de ficción sobre el tema de robots y el desarrollo de nuestra sociedad en el futuro. En mi opinión personal, este tema está agotado. Sin embargo, lo que me gustó de este texto de ficción es la referencia a los sonidos anticuados. Me recuerda un sitio web que se llama „sound archaeology“ donde se reúnen sonidos que ya no se oyen, por ejemplo un módem viejo chirrando.
Ese aspeto del texto muestra que las cosas que hoy para nosotros son evidentes en el futuro muy probablemente van a convertirse en antigüedades. Así el texto me aportó una mejor conciencia en cuanto a la versatilidad de las cosas.
JONAS:
El texto “01100” es interesante, desde mi punto de vista, porque nos presenta una situación común para nosotros como seres humanos y cambia los sujetos (seres humanos) por robots. Lo más importante que distingue a los robots del relato de los robots que ya conocemos es que estos del relato son capaces de sentir: Se conmueven oyendo la música y los sonidos antiguos. Esto sugiere el planteamiento de una cuestión muy interesante: Se dice que los seres humanos sin sentimientos son como robots. La cuestión sería entonces si los robots con sentimientos serían entonces como seres humanos.
El título del microrrelato es del sistema binario y por eso solo contiene la cifras “1” y “0”. En mi opinión está relacionado con los robots que se programan binariamente y por su programación son muy lógicos y no tienen sentimientos como los que se puede observar en este relato.
MILITSA:
El microrrelato “01100” de Alberto Chimal trata de la vida en los cabarets de la cuidad de los robots. Es un cuento, es decir, una narración ficticia del género literario que se llama microrrelato de ciencia ficción.
El narrador nos presenta los robots y los androides no solo como máquinas, sino también como seres con sentimientos y capaces de disfrutar y emocionarse. Cuenta de una situación sociocultural que nosotros conocemos como parte de nuestra vida de seres humanos, en concreto, habla del ámbito del ocio. Lo chocante en este cuento es que los sujetos no son humanos, sino robots.
Es difícil imaginarnos esta situación en que los robots disfrutan de la vida como nosotros: escuchando música y bailando, porque estamos acostumbrados a pensar en los robots solo como máquinas insensibles. Pero este texto nos ofrece una perspectiva nueva y nos hace plantearnos una cuestión crucial: ¿Qué es lo que nos hace humanos? La respuesta parece evidente: nuestras emociones.
A mí siempre me ha gustado leer ciencia ficción. Me parece genial la oportunidad de conocer mundos nuevos que no existen en realidad. Esta para mí es la función más importante que tiene la literatura: ampliar nuestros horizontes. Por eso me ha gustado también el cuento “01100”.
Sobre el tílulo: Creo que el titulo del microrrelato “01100” es el dígito 12 en el sistema binario. Es un sistema de numeración en el que los números se representan utilizando solamente las cifras cero y uno. Es uno de los que se utiliza en las computadoras, por eso me parece lógico que el autor utilice este sistema para numerar sus microrrelatos sobre robots y androides.
PHILIPP:
El cuento nos presenta una realidad alternativa y ficticia en la que los robots y androides, que se caracterizan por ser cerebros electrónicos, representan la forma de vida predominante. No está claro si en esa realidad ahí representada todavía existen los seres humanos y viven junto con los robots. Me parece que no, pero sin embargo es obvio que poseen cualidades y necesidades humanas y por eso inventaron una civilización propia para satisfacerlos. El hecho que evidentemente conocen algún concepto de “ocio” implica que los robots tienen deseos comparables a los de los seres humanos.
Entiendo el texto como un intento de explicarnos cómo perciben los robots el mundo en que viven y por eso traduce en nuestras palabras – las palabras de los sentimientos humanos – lo que hacen en una realidad alternativa que normalmente no comprenderíamos.
Si bien el texto no me interesó al principio, tengo que decir que después de haberlo leído y haber reflexionado un poco sobre sus implicaciones me parece muy profundo: Cuestiona y pone en duda si realmente podemos imaginarnos un mundo sin seres humanos. Para mí el texto da una respuesta negativa porque el narrador todavía depende de las palabras que usamos para describir nuestros sentimientos humanos.
MICHAEL:
[…] Aunque me gusta el uso de tanta imaginación en la representación del futuro, no pienso que vaya a ser tan fantastico en realidad. En mi opinión este ejemplo del futuro no es realista porque no me puedo imaginar que la mayoría de las personas vayan a ser sustituidas por robots o androides.
Creo que los robots serán utilizados en mayor parte en aplicaciones industriales o médicas y no avanzarán más allá del punto en que posean una inteligencia artificial muy rudimentaria. Sin embargo, resulta interesante que esta historia explore la posibilidad de que los seres sintéticos, mediante el desarrollo de la inteligencia artificial, podrían llegar a tener la capacidad de sentir, de expresar sus emociones, tener sus propios deseos.
Si algún día los seres artificiales desarrollaran sus propios sentimientos, se plantearía la cuestión de si merecen consideración moral y derechos „humanos“ o no. Es un tema que trata el límite de la ética, y por eso puede generar controversias en nuestra sociedad. […]
EL VIAJE DE JONÁS (I)
El día 13 de este mes de mayo es el cumpleaños de José Jiménez Lozano, autor que conocemos en estas LETRAS EN DANZA a través de las entradas tituladas REVELACIONES donde comentamos dos de sus libros de cuentos breves: El cogedor de acianos (1993) y Un dedo en los labios (1996). A partir de hoy y a lo largo del mes de mayo, vamos a ir presentando y comentando la novela de Jiménez Lozano titulada El viaje de Jonás, que hemos leído y estudiado en diferentes contextos en la Freie Universität de Berlín.
El viaje, como itinerario real o recorrido simbólico, aparece también en otras novelas del mismo autor: Las gallinas del licenciado, Maestro Huidobro, El libro de visitantes, Un pintor de Alejandría, Retorno de un cruzado. Ahora bien, es en EL VIAJE DE JONÁS, obra publicada en 2002, donde el recorrido -exterior e interior- que el protagonista realiza configura la novela en su totalidad, hecho que se refleja en el título. En poco más de cien páginas (primera edición en papel, Ediciones del Bronce) se recrea un episodio de la vida del profeta Jonás, conocido por el Antiguo Testamento. En él se relata la misión que Dios encomendó a este profeta y su reacción ante este encargo.
Jonás ben Amittai de la aldea de Gath-hepher, el personaje central de la novela de Jiménez Lozano, es presentado en esta narración en su vida cotidiana, con su mujer Micha, sus actividades laborales, sus gustos y preferencias; se relatan las peripecias de su viaje, su huida, el encuentro con diferentes personas en el camino, el paso por el fondo del mar, la salida y realización del encargo en Nínive, y el regreso a casa.
El viaje supone para el protagonista realizar un trayecto de ida y vuelta: Jonás sale de su hogar y vuelve al mismo después de cumplir con la orden encomendada. El viaje pone en movimiento a Jonás en contra de sí mismo, o dicho con otras palabras, la tensión interior vivida por este personaje desde que recibe el encargo de dar aviso en Nínive, es lo que le impulsa a salir. Toda la primera parte de la trayectoria –hasta que desciende al fondo del mar- es un viaje de huida: Sale de su casa huyendo, escondiéndose y queriendo pasar desapercibido, cosa que no consigue, pues a fin de cuentas es un profeta y la gente lo reconoce. En la segunda parte de su viaje, después de cumplida su misión en Nínive, se queda algo rezagado en los aledaños de esa ciudad hasta que su mujer lo va a buscar recordándole que tiene un hogar acogedor al que volver.
El relato completo de EL VIAJE DE JONÁS está dividido en XVII capítulos en los que la historia contada se desarrolla como sigue (los capítulos se consignan en números romanos, tal como aparecen en la primera edición de noviembre de 2012 en Ediciones del Bronce, con el número de las páginas que abarcan):
La placidez del transcurso diario que vive la pareja, no exenta de tensiones y discrepancias (I-Una vida hogareña, pp.9-19) se ve empañada por la llegada de un mensajero, quien trae a Jonás un encargo de lo Alto (II-El encargo, pp.20-29). En la reacción del profeta a este encargo es donde da comienzo la peripecia que constituye la huida imposible al designio de lo Alto. Para preparar su fuga –física-, Jonás comienza a recabar información, primero preguntándole a un dibujante de mapas egipcio, a continuación a unos mercaderes (III-Los exploradores, pp. 30-41) sobre rutas y territorios diversos.
Después de una rápida despedida en casa (IV-La despedida, pp. 42-46), Jonás se incorpora a la caravana de mercaderes que lo llevará a Jope, desde donde se embarcará rumbo a Tarshis. De camino por el desierto con los mercaderes y exploradores, montado en el camello que le han asignado, se pone a reflexionar sobre su profesión (V-Cavilaciones, pp. 47-54), en estos términos: A nadie podía echar la culpa, desde luego, de haberse metido en la profesión que tenía. Él solo se lo había buscado.
En la primera etapa de su camino de huida por tierra, donde por encima de todo desea pasar desapercibido, no puede evitar charlar con los viajeros de la caravana, en las tertulias que se forman en los descansos. Una vez en Jope (VI-El embarcadero, pp. 55-61) visita los baños de la ciudad, conoce en el puerto a un joven judío que vive no lejos de allí, y baja todos los días al puerto para hablar idiomas, porque se estaba preparando para hacer de mensajero o embajador. Jonás habla con él de escrituras y sentidos de ciertos escritos, aunque sigue con sus recelos y se pregunta receloso ¿y si el mocito fuera un mensajero-espía de lo Alto y le frustraba el viaje? Estos temores de ser reconocido le van a acompañar hasta su transformación en el fondo del mar.
Desde el activo puerto de Jope, Jonás se embarca e inicia el viaje hacia Tarshis en la nave de un capitan con quien también conversa sobre los mareos y la pérdida de equilibrio interior o “perder pie” (VII- La plácida noche, pp. 62-75). Agotado por las peripecias y el estado de tensión que le provoca su huida, Jonás se retira a la litera en la bodega del barco. Por fin, se duerme pensando que el mundo era muy grande y desconocido, y nunca se sabía a qué atenerse.
Aquí se queda el protagonista durmiendo en la bodega del barco, mientras que la narración nos lleva en el siguiente capítulo (VIII- Indagaciones, pp. 67-75) a la casa de Jonás y Micha, adonde acuden unas personas que van buscando a Jonás. En la joyería de Nínive, llamada Tiffany’s, el profeta había dejado dicho que le avisaran con un mensaje secreto cuando llegara un zafiro que había encargado. Al enterarse estas personas de Tiffany´s que van a avisarle que Jonás está en paradero desconocido, el mismo dueño de la joyería se desplaza hasta la casa de Micha para hablar con ella pues [L]o que había que hacer enseguida eran investigaciones, pero ¿cómo hacer investigaciones verdaderas en una ciudad donde todo era mentira, y todo estaba al revés de naturaleza? Micha, por su parte, decide ir a Jope a buscar a su esposo por su cuenta.
Después de esta intercalación espacial y temática en la narración, volvemos al barco donde viaja Jonás. En medio de la travesía, se levanta una tormenta (IX- El vientecillo del amanecer, pp. 76-80) que crea un enorme desasosiego entre la tripulación. Entonces los merineros bajan a la bodega del barco a despertar a Jonás quien duerme plácidamente en su litera. Lo despiertan y le piden que rece: Se lo decían a Jonás aquellos hombrones como suplicándole la vida, mientras él bajaba lentamente de la litera, como cargado con una carga de plomo sobre las espaldas, pero sobre todo en el ánima. El capitán decide que se eche a suertes para saber por culpa de quién nos ha sucedido esta desgracia. Jonás, el elegido, reacciona tranquilamente pidiendo que le tiren a él al mar porque él tenía la culpa de que se hubieran desatado tal viento y tempestad; y aseguró que, si le tiraban al mar, éste se serenaría.
El capítulo X-La ballena (pp. 81-86) está dedicado, en primer lugar a describir la entrada de Jonás en el interior de las aguas, descripción “objetiva” a la que luego se le añaden dos hipótesis sobre si se trataba o no de una ballena. Jonás, -según continúa la narración-, desciende a los infiernos (XI- Sheol, pp. 87-91). Después de tres días, sale intacto y por su propio pie a la orilla de una playa cercana al puerto de Jope, decidido a cumplir con el encargo sin que nadie ni nada le detenga en su camino. En la playa lo aborda Micha, quien le hace numerosas preguntas a las que Jonás no responde. También lo esperan ansiosos los llamados porteadores de noticias, quienes le interrogan, como suelen hacer los periodistas ansiosos de emociones fuertes y relatos de experiencias. Jonás les contesta que –De lo que no se puede hablar no se debe hablar, y hay que callar, amigos míos – .
Jonás va directamente a Nínive (XII-Nínive, pp. 92-99) donde después de varios titubeos más consigo mismo, por fin cumple con su misión. En el capítulo XIII, titulado La ciudad del esparto y la ceniza (pp. 100-105), la narración se detiene en la descripción de Nínive y en la reacción de los habitantes ante el aviso de Jonás. Los ninivitas primero lloran, suplican y se arrepienten; miran después ya con misericordia y sienten pesar y amargor; y por fin, les nace el blancor en las manos y la alegría empieza a mover sus labios. Pero todo esto no lo ve Jonás, quien desembarazado del peso del mensaje se entera en el camino de regreso a su casa que Dios ha perdonado a los ninivitas, lo cual es para él La peor noticia (capítulo XIV, pp. 106-114), porque ¿para qué los mensajeros, los trabajos de su huida, el laberinto de la ballena y lo demás, si luego no iba a pasar nada, sino solamente que él iba a quedar en ridículo?
El profeta, derrumbado de nuevo, se tumba a la sombra de un ricino, para tranquilizarse y descansar de su aventura y desazón (XV-La gloria del ricino, pp. 115-120). Pero por la noche, un ejército de capricornios (larvas) enviados por lo Alto devoran el hermoso ricino bajo el cual reposa Jonás, (XVI-El capricornio, pp. 121-124) quien al despertar y darse cuenta se desploma, sintiendo solo que [E]l mundo no le parecía el mundo, o que era nada; sólo sentía la mordedura de su ánima que se acordaba del verdor y la estatura del ricino, y de su sombra espesa y dulce, y siguió llorando y lamentándose, hasta que siente una presencia intensa (XVII-La Presencia, pp. 125-128), con la que en un primer momento no desea dialogar y a la que Jonás solo ofrece su cólera. Aunque pasaban los instantes, y la Presencia decía, aun estando en silencio:
– ¡Dime, contesta, objeta, arguye contra mi argumento!
Pero Jonás sigue impasible y se muestra ofendido hasta que de repente asiente y exclama ¡Perdonados están!
Jonás, muy a su pesar, ha reconocido la voluntad de la Presencia y ha perdonado a los ninivitas.
Resúmenes (II): El desertor, Coro y El hermoso amanecer
En una entrada anterior publicamos los resúmenes de tres de los nueve cuentos de lectura obligatoria en la preparación de la Selectividad en Baden Württenberg (Alemania). A continuación aportamos los tres siguientes:
José María Merino El desertor (cuento de 1.494 palabras)
Una mujer, que vive sola en un pueblo y cuyo marido fue llamado a luchar en la guerra en verano del 36, cree que él regresa a casa dos años después, justo en la noche de San Juan. Como él ha desertado, se esconde en su hogar hasta que el primero de septiembre llega la Guardia Civil para anunciarle a la mujer que han encontrado el cuerpo de su marido en un cerro, muerto desde al menos dos meses, por lo tanto la presencia y convivencia con su esposo durante ese verano resulta ser fruto de la ilusión o trastorno de la mujer.
Ramiro Pinilla Coro (cuento de 1.799 palabras)
Un grupo de cien presos, gudaris vascos, se instala en un pueblo de Navarra durante unos días. Están a la espera de que los manden al frente a cavar trincheras. Los habitantes del pueblo se mantienen distantes: los rechazan y les rehuyen, hasta que un día los forasteros piden asistir a misa. Durante la homilía, el cura desde el púlpito les increpa. El grupo de forasteros empieza a cantar la misa de Gloria. Su canto aplaca la ira del sacerdote y le hace volver al altar para seguir los oficios de la misa al ritmo de los cantos de los presos. El pueblo, presente en la iglesia, recapacita por la noche sobre estos hechos y al día siguiente despide a los presos dándoles comida y escapularios.
Ana María Matute El hermoso amanecer (cuento de 1.278 palabras)
Hacia el final de la Guerra Civil, una madre miliciana va a buscar a su hijo de diez años que ha pasado la guerra al cuidado de una persona mayor, en la ciudad. La madre se lo lleva con él a las trincheras y lo echa al fondo de una zanja donde tiene lugar un combate desigual: ellos son una docena de hombres y el enemigo es fuerte y numeroso. Los hombres que luchan con su madre empiezan a morir y a caer en la zanja. El chico ve correr la sangre y determina salir y refugiarse en una choza cercana. Su madre al verlo huir le dispara pero el chico se agacha, la bala no le alcanza y consigue meterse en la cabaña desde donde observa cómo los enemigos matan a todos los que estaban en la zanja, incluida la madre del chico. Los soldados al final sacan del refugio al chico.
Palabras …………. de Paz …………. que son actos ….
Hoy se cumplen cien años del nacimiento de Octavio Paz, (Ciudad de México, 31.03.1914 – Ciudad de México, 20.04.1998), escritor a quien le fue concedido el Premio Nobel de Literatura en 1990.
Un grupo de estudiantes que se formó partiendo del curso Zeitdiskurse in der mexikanischen Lyrik des 20. Jahrhunderts, impartido por la profesora Catarina Juliane von Wedemeyer, compañera nuestra en el Institut für Romanische Philologie, quiso celebrarlo introduciéndose a fondo en un poema de Paz titulado
Himno entre ruinas
De manera que el trece de febrero de 2014
la FREIE UNIVERSITÄT DE BERLIN
salió de las aulas …..
para reunirse con el público de Berlín …
El acto se anunció con este bonito cartel
en el que las letras danzan en coreografía
lineal sobre las piedras y las grietas …
La sesión iba a desarrollarse ….
….. en las salas de la librería La Rayuela,
…. a la sombra de la Estrella del Sur,
la plaza Südstern el barrio de Kreuzberg.
Hoy queremos recordar aquí las letras del poeta haciéndolas danzar bajo la batuta de las estudiantes de Catarina en alemán y en español.
Antes de empezar la lectura del poema Himno entre ruinas, la estudiante Estefanía Jaramillo Cuero introdujo al poeta. Lo hizo acompañada por una presentación en la cual se veían imágenes relacionadas con la trayectoria vital de Octavio Paz. Debido a su trabajo como agregado cultural de México el premio Nobel de Literatura se desplazó por el mundo: estuvo viviendo en países como EEUU, Francia, España, India y Japón.
Una vez presentada esta breve biografía, las estudiantes leyeron el poema Himno entre Ruinas alternativamente en español y en una traducción al alemán, Hymne zwischen Ruinen, que habían preparado ellas mismas.
El programa siguió con una pequeña pausa. En La Rayuela se pueden degustar tapas y tomar algo, en un ambiente acogedor y muy tranquilo.
Después de este singular recreo, las estudiantes contestaron preguntas de los asistentes al acto y pasaron más adelante a explicar el Himno entre ruinas desde diferentes perspectivas.
En este espacio virtual de las LETRAS EN DANZA queremos dar las gracias a las estudiantes Estefanía Jaramillo Cuero, Sara de Castro Pellicer, Valentina Querin, Lena Weißmann y Johanna Wolf por regalarnos una velada sumamente enriquecedora, de la que aquí dejamos constancia.
Hemos seleccionado pasajes de varias intervenciones que se copian sucesivamente aquí bajo. Las estudiantes de Catarina von Wedemeyer tienen hoy la palabra que es acto y por lo tanto, esperanza y futuro.
Himno entre ruinas
donde espumoso el mar siciliano…
Góngora
Coronado de sí el día extiende sus plumas.
¡Alto grito amarillo,
caliente surtidor en el centro de un cielo
imparcial y benéfico!
Las apariencias son hermosas en esta su verdad momentánea.
El mar trepa la costa,
se afianza entre las peñas, araña deslumbrante;
la herida cárdena del monte resplandece;
un puñado de cabras es un rebaño de piedras;
el sol pone su huevo de oro y se derrama sobre el mar.
Todo es dios.
¡Estatua rota,
columnas comidas por la luz,
ruinas vivas en un mundo de muertos en vida!Hymne zwischen Ruinen
wo schäumend das sizilianische Meer…
Góngora
Von sich gekrönt spreizt der Tag seine Federn.
Hoher gelber Schrei,
heißer Springbrunnen inmitten eines Himmels
gerecht und wohltätig!
Die Erscheinungen sind prächtig in dieser ihrer momentanen Wahrheit.
Das Meer erklimmt die Küste,
es behauptet sich zwischen den Felsen, blendende Spinne;
die violette Wunde des Berges funkelt;
eine Hand voll Ziegen ist eine Herde aus Stein:
die Sonne legt ihr goldenes Ei und ergießt sich über dem Meer.
Alles ist Gott.
Zerbrochene Statue,
vom Licht zerfressene Säulen,
lebende Ruinen in einer Welt der lebenden Toten!
(Segunda estrofa)
Cae la noche sobre Teotihuacán.
En lo alto de la pirámide los muchachos fuman marihuana,
suenan guitarras roncas.
¿Qué yerba, qué agua de vida ha de darnos la vida,
dónde desenterrar la palabra,
la proporción que rige al himno y al discurso,
al baile, a la ciudad y a la balanza?
El canto mexicano estalla en un carajo,
estrella de colores que se apaga,
piedra que nos cierra las puertas del contacto.
Sabe la tierra a tierra envejecida
Die Nacht fällt über Teotihuacán.
In der Höhe der Pyramide rauchen die Jungen Marihuana,
es klingen raue Gitarren.
Welches Kraut, welches Wasser des Lebens
soll uns das Leben geben, wo das Wort ausgraben,
die Proportion die die Hymne leitet und den Diskurs,
den Tanz, die Stadt und die Waage?
Der mexikanische Gesang explodiert in einem Donnerwetter,
farbiger Stern der erlischt,
Stein der uns die Türen des Kontakts schließt.
Die Erde schmeckt nach gealterter Erde.
(Tercera estrofa)
Los ojos ven, las manos tocan.
Bastan aquí unas cuantas cosas:
tuna, espinoso planeta coral,
higos encapuchados,
uvas con gusto a resurrección,
almejas, virginidades ariscas,
al, queso, vino, pan solar.
Desde lo alto de su morenía una isleña me mira,
esbelta catedral vestida de luz.
Torres de sal, contra los pinos verdes de la orilla
urgen las velas blancas de las barcas.
La luz crea templos en el mar.Die Augen sehen, die Hände tasten,
Ein paar Dinge reichen hier:
Tuna, ein korallroter, dorniger Planet,
vermummte Feigen,
Weintrauben mit dem Geschmack der Wiederauferstehung
Venusmuscheln, widerspenstige Jungfräulichkeiten
Salz, Käse, Wein, Brot der Sonne.
Aus der Höhe ihrer Bräune blickt mich eine Inselbewohnerin an,
schlanke Kathedrale, gekleidet in Licht.
Türme aus Salz, gegen die grünen Pinien der Küste
erscheinen die weißen Segel der kleinen Boote.
Das Licht formt Tempel im Meer.
(Cuarta estrofa)
Nueva York, Londres, Moscú.
La sombra cubre al llano con su yedra fantasma,
con su vacilante vegetación de escalofrío,
su vello ralo, su tropel de ratas.
A trechos tirita un sol anémico.
Acodado en montes que ayer fueron ciudades, Polifemo bosteza.
Abajo, entre los hoyos, se arrastra un rebaño de hombres.
(Bípedos domésticos, su carne
-a pesar de recientes interdicciones religiosas-
es muy gustada por las clases ricas.
Hasta hace poco el vulgo los consideraba animales impuros.)
New York, London, Moskau.
Der Schatten bedeckt die Ebene mit seinem gespenstischen Efeu,
mit seinem zögernden Wachstum des Schauderns,
seiner lichten Behaarung, seinem Getümmel von Ratten.
Von Strecke zu Strecke zittert eine anämische Sonne.
Aufgestützt auf Berge die gestern Städte waren,
gähnt Polyphem.
Unten durch die Gruben, kriecht eine Horde von Menschen
(häusliche Zweibeiner, ihr Fleisch
– trotz neuerlicher religiöser Untersagungen- wird
von den reichen Klassen sehr geschätzt.
Bis vor kurzem hat das Volk sie für unreine Tiere gehalten.)
(Quinta estrofa)
Ver, tocar formas hermosas, diarias.
Zumba la luz, dardos y alas.
Huele a sangre la mancha de vino en el mantel.
Como el coral sus ramas en el agua
extiendo mis sentidos en la hora viva:
el instante se cumple en una concordancia amarilla,
¡oh mediodía, espiga henchida de minutos,
copa de eternidad!Wunderschöne, alltägliche Formen sehen, berühren.
Es saust das Licht, Pfeile und Flügel.
Der Weinfleck im Tischtuch riecht nach Blut.
Wie die Koralle ihre Äste im Wasser
so strecke ich meine Sinne aus zur lebendigen Stunde:
der Moment vollzieht sich in gelbem Einklang,
oh, Mittag, vor Minuten strotzende Ähre,
Kelch der Ewigkeit!
(Final)
Mis pensamientos se bifurcan, serpean, se enredan,
recomienzan,
y al fin se inmovilizan, ríos que no desembocan,
delta de sangre bajo un sol sin crepúsculo.
¿Y todo ha de parar en este chapoteo de aguas muertas?
¡Día, redondo día,
luminosa naranja de veinticuatro gajos,
todos atravesados por una misma y amarilla dulzura!
La inteligencia al fin encarna,
se reconcilian las dos mitades enemigas
y la conciencia-espejo se licúa,
vuelve a ser fuente, manantial de fábulas:
Hombre, árbol de imágenes,
palabras que son flores que son frutos que son actos.Nápoles, 1948
Meine Gedanken teilen sich, schlängeln, sie verfangen sich,
beginnen erneut,
und am Ende lähmen sie sich, Flüsse die nicht münden,
Mündung des Bluts unter einer Sonne ohne Dämmerung.
Und alles hat stehen zu bleiben in diesem Plätschern der toten Gewässer?
Tag, runder Tag,
leuchtende Orange aus vierundzwanzig Stücken,
alles durchströmt von einer einzigen und gelben Süße!
Die Intelligenz wird letztendlich Fleisch,
es versöhnen sich die beiden verfeindeten Hälften
und der Bewusstseinsspiegel verflüssigt sich,
wird wieder Quelle, Brunnen der Fabeln:
Mensch, Baum der Bilder,
Worte die Blumen sind die Früchte sind die Handlungen sind.
Neapel, 1948
Paz , Octavio: „Hymne zwischen den Ruinen“, Eigene Übersetzung.
En el singular espacio de la librería berlinesa La Rayuela, se habló, después de la lectura del poema, de las ruinas del siglo XX y del mundo precolombino, de México y su relación con Europa, tanto en la literatura, como en la historia, especialmente desde la lectura de la obra de Octavio Paz.
Las estudiantes de la Freie Universität presentaron también algunos de los diferentes mitos a los que se alude en el poema y comentaron las nociones de tiempo y ritmo en la poesía.
Gracias a los audios podemos reproducir aquí algunas impresiones de la velada.
Las ruinas a lo largo del tiempo: ruinas antiguas y ruinas del siglo XX
Una llamada a la vida: los frutos antes de serlo eran flores, las palabras se convierten en actos
… y ahora en alemán:
La poesía es el medio que tenemos para recordar la historia:
El yo lírico que va a excavar la palabra: „Wir müssen das Wort ausgraben“
La fundación de la ciudad
La llegada de los españoles
Mitología azteca
…. Octavio Paz nos remite a Góngora:
Octavio Paz nos remite a Góngora (II)
Resúmenes de cuentos (1)
En una entrada anterior presentamos la colección de nueve cuentos escritos en español, que al menos en un „Bundesland“ alemán (Baden Württenberg) son lectura obligatoria en la selectividad, en la asignatura Lengua Española.
Copiamos aquí, en una primera entrega, los resúmenes de los argumentos:
Manuel Rivas La lengua de las mariposas (cuento de 3.700 palabras)
Moncho, el protagonista del relato, cuenta – muchos años más tarde – cómo fue su incorporación a la escuela de su pueblo en Galicia. Habla de una forma muy vívida y expresiva de la admiración por su maestro Don Gregorio y de la relación que se estableció entre ellos, basada en el respeto mutuo. Este vínculo entre alumno y maestro se ve truncado bruscamente en 1936, en los días posteriores a la sublevación militar del 18 de julio, cuando unos falangistas se llevan preso a Don Gregorio junto con otros hombres afectos a la República o de ideas que no correspondían con los ideales de quienes se levantaron en armas.
Pilar Cibreiro Santalla el escapado (cuento de 1.546 palabras)
Santalla, el protagonista de la historia, está huido en la montaña y se alimenta de la comida que su hermana le proporciona sin que se sepa cómo lo hace. La Guardia Civil lo busca porque en los tiempos del final de la II República Santalla había robado a ricos de la región. Incapaz de encontrarlo, los guardias se dedican a visitar a la madre y hermana, a las que torturan, hasta que estas mueren. Entonces, los vecinos que hasta entonces, acobardados, se habían mantenido encerrados en sus casas, se organizan, hacen una batida por el monte y lo encuentran desvalido.
Juan Eduardo Zúñiga Un ruido extraño (cuento de 2.527 palabras)
Un oficial militar de una Brigada en el Madrid sitiado por las tropas sublevadas encuentra en una casa abandonada a alguien que al verse descubierto huye de él. Se trata de un emboscao, es decir, un desertor que se ha refugiado en esa casa vacía. Después de una persecución en la que se atraviesan cuartos y pisos oscuros, ambas personas se enfrentan a una gran cantidad de ratas que les atacan. Salen del recinto y los hombres se dan cuenta que ambos están sangrando pues han sido víctimas del ataque de las ratas que se han adueñado de la casa.
Wetterseite (II), el lado del viento
EL LADO DEL VIENTO
En una entrada anterior vimos una acepción de la palabra alemana WETTERSEITE, que también explicamos a través de los dos sustantivos que la componen. Hoy presentamos una segunda traducción de Wetterseite: el lado del viento.
Para ilustrarlo, nos desplazamos a una de las últimas zonas bañadas por el Mediterráneo en la provincia de Alicante, que de forma milagrosa siguen intactas, para tomar unas fotos de árboles en los que se puede identificar bien cuál es la Wetterseite, es decir, el lado por el que les llega el viento .
Las fotos que ven ustedes en esta entrada están tomadas a finales de diciembre de 2013 justo debajo de donde se erige el Faro de Santa Pola.
Santa Pola es un municipio de la provincia de Alicante que vivía de la pesca hasta que llegaron los veraneantes: En esta localidad pesquera, la construcción de edificios de viviendas para Sommerurlauber se extendió desaforadamente a partir de los 70 del siglo XX hacia el norte (Santa Pola del Este) y hacia el sur (Gran Playa y Playalisa).
Pues bien, poco después de sobrepasar Santa Pola del Este tomando el camino hacia la playa de los Arenales del Sol, frente a la isla de Tabarca, encontramos unos pinos junto al mar que han ido creciendo doblegándose a la fuerza del viento de levante.
El perfil que roza el cielo, en esta foto, es el de las montañas que protegen la capital de la provincia, también las que admiran millones de turistas que aterrizan en el aeropuerto de El Altet.
La fuerza del viento ha desmelenado la copa del pino, que reposa ya indolente y se distingue de su tronco original.
CODA:
Los vientos ALISIOS en el Océano Atlántico producen estas esculturas naturales en la isla de EL HIERRO:
https://www.islaelhierro.com/info/la-sabina
Agradezco Diego Sánchez la información sobre este mismo fenómeno Wetterseite, el lado del viento, en las Islas Canarias.
Carne rota: La mano
Hoy 11 de marzo de 2014, se cumple una década del múltiple atentado perpetrado en Madrid en 2004, en el que fallecieron casi doscientas personas y quedaron marcadas de por vida miles más. Resulta muy difícil siquiera entrever el dolor ajeno, más cuando ha sobrevenido de una forma tan atroz. Las víctimas supervivientes y los familiares de los fallecidos quizás no encuentren consuelo en la literatura, si es que lo hubiera de alguna forma posible. Pero la palabra transformada en relato que cuenta historias sí que nos puede acercar, a los lectores, para vislumbrar al menos ese dolor punzante.
Este atisbo de dolor lo experimentamos en nuestras clases de español en la Freie Universität Berlin. En noviembre de 2013 leímos un relato en el que todos los protagonistas vivieron de cerca los atentados. Se trata del relato titulado Carne rota del escritor español Fernando Aramburu, afincado en el norte de Alemania.
Carne rota es uno de los cuentos que componen el libro El vigilante del fiordo, cuya reseña se puede leer aquí. Destacamos de dicha reseña, el párrafo que el crítico literario le dedica al cuento Carne rota:
… es, en suma, una narración de protagonista colectivo, compuesta por secuencias concatenadas que desde distintos puntos de vista nos proporcionan una imagen tan variada y precisa como emotiva de los atentados del 11-M, sobre sus consecuencias en las víctimas o en sus allegados, así como de las distintas reacciones que provocan en las gentes que se hallan cerca del suceso.
Transformación de la lectura
En nuestras clases de lengua española elegimos realizar una transformación de una de esas „secuencias“. Había que transformar la lectura en imagen. La elección del fragmento se hizo en grupos a lo largo de un proceso de selección en el que los grupos no se comunicaban entre sí, es decir, hasta la exposición final de los resultados (las imágenes), nadie iba a saber qué secuencia habían elegido los demás, tampoco la profesora. Mi trabajo se limitó a proporcionarles apoyo técnico, por decirlo de alguna forma asequible.
En otoño de 2013 ocurrió algo significativo: todos los grupos habían elegido el mismo fragmento, pero cada grupo lo transformó en imágenes de diferente composición:
El primer grupo actuó en algún lugar fuera de la universidad, dicho sea de paso. Mareike, Laura, Anne, Johanna y Christian mostraron – el día de la presentación-, el video que habían grabado.
El segundo grupo compuso un mosaico con miles de fotos que, todas ellas combinadas, representaban una única mano. Todos nos quedamos impresionados porque Vanessa, Hannah, Ekaterina y Manana habían conseguido tranformar la unidad – una sola imagen del dolor colectivo – en la multiplicación casi infinita de las imágenes particulares, es decir, el hecho que afecta individualmente se cohesiona en un todo, en una unidad de dolor.
En el tercer grupo había una estudiante a la que le gustaba dibujar, de manera que pronto tomaron la decisión de elaborar varios dibujos en forma de historia visual, partiendo de la lectura e interpretación de la secuencia. Este grupo estaba compuesto por las estudiantes Eileen, Rike (la artista), Tonja y Sophia.
Reproduzco a continuación las imágenes del tercer grupo de estudiantes, dibujos elaborados por Rike Schuster, a quien agradezco que me haya permitido publicarlos entre estas Letras en Danza. En cursiva aparecen algunas citas del texto original de Fernando Aramburu.
… Siguiendo las indicaciones de la policía, había venido por su pie con otros heridos al Centro Deportivo Daoiz y Velarde. Le preguntaron si entendía español. Respondió que sí y entonces le dijeron póngase junto a la pared y no se mueva del sitio …
… trataba de contener la sangre que le brotaba de la cabeza apretando un paño contra la herida … Entre dos sanitarios depositaron minutos después a la chica como a unos dos metros de donde él se encontraba …
… Al principio la chica se movía. Las piernas. La espalda. Un poco. Un ligero temblor. Cada vez menos. Luego dejó de moverse. Vinieron a atenderla. La voltearon con cuidado. No había nada que hacer. Al rato fue tapada con una manta que sólo dejaba al descubierto una de sus manos. …
… lo sobresaltó la musiquilla de un móvil. El rumano miró en rededor hasta ubicar la melodía alegre a dos metros de él, debajo de la manta … La musiquilla persistía con una insistencia de súplica …
… Al otro lado de la línea una voz de mujer entrada en años articulaba palabras en un idioma desconocido …
… pulsó la tecla de desconexión … … volvió al sitio que los sanitarios le habían asignado junto a la pared …
… Segundos después sonó otra vez el móvil de la chica bajo la manta. El rumano no se movió. Bastante tenía con lo suyo. La musiquilla alegre siguió sonando un rato largo debajo de la manta.