Letras en danza

Lengua y Literatura en Español

REVELACIONES (III) : El cogedor de acianos (y II)

El ruido y ajetreo del mundo, los intereses mundanos, impiden adentrarse en el misterio de la muerte: En El accidente, (152-153) se asiste a una reunión social en la que un gran crítico habla sobre un inmenso cuadro abstracto, aunque lo que más parece interesar a todos son las conversaciones en torno a la “política, y al cine, y a las mundanidades.” El gran crítico, que ha llegado tarde, excusa su retraso por un caos de tráfico, producido según cuentan unos invitados, porque “una muchacha joven se había tirado desde un tercero”. La reacción de una invitada quien exclama que sería por amor, es aclamada con risas. En seguida llegan los camareros con las bandejas rebosantes de comida y todos desvían hacia ella la atención. En la descripción del contenido de las bandejas se encuentra el detalle revelador: además de salmón y froie-gras de carne rosada, viene el caviar “como pequeños ojos negros”. Basta con la palabra “ojos” para poner en cuestión la fiesta en la que todo se banaliza, incluso un suicidio. La fiesta mundana de este relato tiene lugar en el “Salón de Otoño” de un gran hotel: la elección de este sustantivo se asocia con la pérdida reflejada en los últimos versos del poema

En este otoño

¿Va muriendo?

Tal mi pregunta y cavilación de hombre 

en este otoño, en este exilio.

El tiempo de Eurídice,1996, p. 18.

Y es que, como dice el autor en uno de sus diarios,

“este mundo se mece muy a gusto en su inconsciencia y en su salsa, y no es capaz de escuchar nada. Y menos que nada, algo profundo y serio.”

La luz de una candela, 1996, p. 78.

Una escueta interrogación, expresada por un personaje que vivió la guerra del 36, basta para replantearse la historia tal y como aparece recogida en los manuales de Historia. El microrrelato El pitajuelo (38-39) empieza con esta descripción:

Entró el hombre en la librería y se puso a mirar los libros, pero no encontraba nada interesante hasta que dio con una historia de la guerra civil del 36 y, como vio que la gente hojeaba los libros, él también se puso a hojearla y vio allí fotografías que debían de recordarle aquel tiempo porque sus gestos eran como si reconociese allí a las gentes o los hechos y los lugares. Y luego comenzó a buscar por el libro.

Con esta breve descripción nos situamos en la historia, por un lado, a través del libro que el hombre hojea, y por otro lado, a través de la reacción del personaje, el cual al no encontrar finalmente lo que busca se pregunta “-¿Y entonces?”. Asistimos después al relato de lo que este hombre vivió durante la guerra, porque le cuenta al librero que el cura de su pueblo

jugaba al pitajuelo y a las canicas con los chicos, pero que, cuando llegó la guerra civil, se las tuvo tiesas con los rojos y con los azules.

El lector espera que ocurra algo, pues esta última frase está cargada de tensión. A continuación aparece expresada la extrañeza del hombre y este es el argumento de lo que para él es la verdad:

con los que salvó y aunque sólo fuera por lo del pitajuelo, tendría que tener alguna mención en un libro ¿no?”.

Pero el librero le contesta claramente que no. El hombre sale con el sentimiento de la realidad del olvido y el lector se da cuenta de esa otra realidad presentada aquí y que había estado ocultada.

Con frecuencia los protagonistas de los relatos son seres relegados también al olvido en nuestra sociedad. Son hombres y mujeres pobres (El tren, El convite, La crisis, etc.) que en estos microrrelatos, ni siquiera llevan un nombre, pero en todos se convierten en el centro de atención de la historia relatada. A veces se les relaciona con un oficio (La adivinadora, El arquitecto) que muestra su situación desconsolada. Además, están los seres de desgracia, invisibles para la sociedad, las “presencias divinas”, que como dice el autor con palabras de Simone Weil, son “las más misteriosas y altas formas de ser hombres” (Una estancia holandesa. Conversación, 1998, p. 46). Para Jiménez Lozano ellos poseen un fondo de verdad trascendental, pues “seres así sostienen el mundo, la historia y el pensamiento.” (1986, p. 122).  La protagonista de  La lluvia (p. 16), por ejemplo, es de “ellos”, así se la nombra en el relato. Ella tiene 18 años, rie y se alegra porque la lluvia le gusta. En este  brevísimo relato, en el que aparentemente no pasa nada, pues está compuesto como una descripción, su presencia es abrumadora: se oye su risa, su alegría, acompasada con el rumor de la lluvia.

El contraste entre dos formas distintas de estar en el mundo se muestra en varios relatos a través de la presencia de ciertos objetos y de la relación que los personajes establecen con ellos: En Objetos perdidos (60-61) un libro extraviado que para la protagonista, una anciana, forma parte esencial de su vida – se trata de Imitación de Cristo, de Tomás de Kempis -, es para el empleado de la oficina de objetos perdidos, un simple objeto que interesa por su descripción externa. Por otro lado, la Biblia, en La recuperación (14-15), tiene un valor funcional, que el protagonista utiliza para recuperar la movilidad de los dedos lesionados. Los objetos, que poseen el valor que uno les otorga, revelan la forma que los personajes de estos cuentos tienen de estar en el mundo. En el ensayo Los ojos del icono (p. 15) escribe el autor que

“la relación del hombre moderno con los objetos ni siquiera es de posesión, o tiene un carácter personal de cualquier otra manera. Su mirada sobre ellos es neutral, su vínculo con ellos es formal, externo, de puro agrado o desagrado”.

En el relato Los cántaros nuevos (193-194) un simple cántaro, que para unos podría ser un objeto decorativo y ornamental, es aquí portador de sentido y revela una forma de estar en el mundo que es trascendental.  Esta idea viene reforzada por la presencia en el relato de la “estrella errante” que ve el hombre una noche, y cuya presencia contrasta con los “fuegos artificiales”, que vendrían a representar el mundo moderno. Asimismo, el cántaro, objeto que acompaña a los protagonistas del cuento, recuerda la materia de la que el hombre está hecho, como se dice en uno de los poemas del autor dedicados a los cántaros:

…el cántaro

le hablaba en silencio, en oquedad, en eco,

Era

la antigua misericordia de la greda roja

de que el hombre está hecho.

Ausencia, Elegías menores, p. 189

(Tercera parte del artículo publicado en la revista ÍNSULA, Revista de Letras y Ciencias Humanas,  n° 741)

 

REVELACIONES (II): El cogedor de acianos (I)

El cogedor de acianos

Este primer libro está poblado de gentes de toda condición y de todas las edades: niños, jóvenes, hombres, mujeres, ancianos y ancianas. Se cuentan episodios de la infancia, evocación de hechos ocurridos durante la Guerra Civil o en la inmediata posguerra, situaciones de reencuentros de personas que tuvieron una relación en el pasado, relatos de mundanidades y de seres socialmente marginados, pobres, humillados, o se narran aconteceres de unas personas que viven con un ritmo al margen del agitado mundo urbano. En  muchas historias subyace un conflicto cultural (enfrentamiento entre dos cosmovisiones), o social (poderosos frente a humillados).

El libro, en su materialidad, ya habla al lector: la portada, ilustrada con una imagen elegida por el propio escritor de entre las de sus amigos holandeses del XVII, capta un instante de comunicación entre dos personas de edades distintas que se interrogan: una mujer mayor se inclina de espaldas al espectador, medio sentada en su silla, hacia la cristalera de una estancia, detrás de la cual se percibe la presencia de un niño que la está mirando. La mano derecha de la anciana, pintada a la altura del rostro del niño, parece indicarle algo y uno se pregunta qué le estará queriendo decir. El título de la colección, superpuesto a esta imagen,  procede del último relato del libro y revela el contenido de todo él: alguien que ha cogido acianos, -pequeñas florecillas silvestres azules-, y nos los ofrece en forma de breves relatos. En efecto, cada uno de ellos es como un aciano e ilumina como en un fulgor.

En la cita preliminar se pregunta el autor con San Agustín

“desde dónde y por qué lugar entraron en mi  memoria” (estas historias); “nescio quimodo”, no sé cómo, se contesta retomando las palabras del santo.

Pues bien, la anciana de la imagen quizás se refiere a las historias de las personas mayores que de niño escuchaba Jiménez Lozano, y los acianos son  el regalo que el autor le ofrece al lector.

Las historias, dice el autor en uno de sus ensayos, las “necesitamos para vivir, para reflejarnos en ellas o reflejarlas en nosotros y entendernos.“ La lectura de las historias contenidas en estas ficciones requiere mucha atención porque cada palabra aporta una información significativa. Lo particular es que en todos los cuentos de estos dos libros aparece un detalle, una palabra o expresión, algo dicho o silenciado, que provoca un vuelco y presenta un aspecto nuevo de la vida de los personajes no intuido antes, que se convierte en revelación de vivencias caídas en el olvido o ignoradas. Esta clave puede aparecer bien en los nombres propios, o en su ausencia, en objetos o exclamaciones que adquieren un valor inusitado y muestran una verdad. Las revelaciones que aportan un nuevo significado a la historia son portadoras de la memoria de los hombres.

 Al protagonista de El niño rico (p. 144) que “vino a la plazoleta un día que buscaba un balón, que había saltado por encima de la tapia del colegio” le proponen otros niños –entre ellos el narrador de esta historia- ser de la panda. Le advierten, sin embargo, que si quiere participar en sus juegos, tiene  que acompañarlos por la noche y que no le dirán adónde. Además, le desafían replicándole que como es un niño rico no se atreverá a acompañarlos. Pero el niño rico les explica: “-Es que yo me llamo Abram”. Los niños exclaman: “–¡Ah, bueno! ¡Entonces!”. Con esta palabra clave: “entonces” referida al nombre del niño y con la que finaliza el cuento de apenas 33 líneas, se da a entender que los de la panda saben que “Abram” es la figura por antonomasia de obediencia y confianza. De manera que los niños se quedan tranquilos y lo aceptan. La memoria de un nombre bíblico se presenta como portadora de sentido en la actualidad del relato y revela la importancia que la presencia de dicha memoria tiene para los personajes de este microrrelato.

A veces es el conjunto de varios nombres lo que aporta significado manifestando la verdadera situación de los personajes centrales. En El vaso de agua (p. 123-124) se describe un encuentro armonioso entre varias mujeres procedentes de dos mundos distintos: dos monjas, que viajan en una furgoneta, hacen una parada en un pub de carretera porque una de ellas ha tenido un desmayo y necesita tomarse una medicina con un poco de agua. Las atienden varias jóvenes que están aún solas. Su primera reacción al ver entrar a las monjas es de sorpresa, aunque luego se sientan, charlan e incluso se ríen mucho todas juntas. El cuento está narrado desde la perspectiva del mundo en el pub, por la vista y el oído. El lector se sitúa allí desde el principio:

Al ver entrar por la puerta a las dos monjas”, “Habían oído parar a una furgoneta, pero creyeron que ya era algún cliente, aunque faltaba tiempo aún para que llegase la noche…”.

Los sujetos de “ver” y “oir” son las chicas, de manera que ese mundo en el que ellas se encuentran constituye el centro de atención. Las monjas que entran a pedir un vaso de agua, una “muy joven” y la otra “de mediana edad”, andan despacio al acercarse al lugar; las chicas, en cambio, ya están en ese espacio del pub haciendo tareas. El encuentro entre estos dos mundos es armónico y se percibe que ha sido agradable para todas, ya que las monjas también van comentando que “parecen muy buenas chicas”. Las que se nombran al final del relato se llaman Loli, Espe y Sole. Entonces aparece el objeto-vínculo: un libro que las monjas se dejan olvidado. Esperanza al verlo exclama: “Pero si éste es el libro de santa Teresa que siempre leía mi madre.” Y siente mucha alegría: es un recuerdo vivo de su infancia, quizás. Pero inmediatamente se dice de ella que “se le saltaron las lágrimas un poco, cuando iba con él a su habitación”: A Espe, que ahora vive ya lejos de aquel mundo, le pone triste su pérdida. Este relato, que presenta una situación circular de encuentros y recuerdos, nos hace pensar, por un lado, en los viajes de fundaciones de santa Teresa. Pero además, y sobre  todo, en estas líneas, la joven se llama Esperanza, la memoria de su pasado se actualiza y el lector ha podido ver, como por una rendija su sentimiento, su pesar. Se vislumbran la soledad y los dolores de su vida actual, se revela una vivencia.

(Segunda parte del artículo publicado en la revista ÍNSULA, Revista de Letras y Ciencias Humanas,  n° 741)

REVELACIONES (I)

 

Los microrrelatos de José Jiménez Lozano

De la extensa obra de José Jiménez Lozano, destacan dos colecciones de microrrelatos que llevan por título El cogedor de acianos (1993) y Un dedo en los labios (1996). El primer libro contiene 91 relatos de una o dos páginas cada uno, y el segundo está compuesto por 54 brevísimos “retratos” de mujeres, tal es el epígrafe que les otorga el autor. Estas dos publicaciones sobresalen como dos pequeños broches en medio de una amplísima obra (novelas, cuentos, poesía, ensayos, diarios, diálogos, antologías de cuentos) galardonada, desde 1988, con los premios nacionales más prestigiosos.

En todos los relatos se cuentan historias acaecidas a seres humanos del pasado y del presente. Se trata de narraciones en las que se muestran situaciones existenciales de unos personajes marginados por la sociedad moderna, invisibles, y de otros conocidos por la historia, pero que se presentan desde una nueva perspectiva.

La lectura de esta ficción literaria provoca una experiencia lacerante y por ello no carente de riesgo, porque se abordan temas que afectan al hombre como la pérdida, el desengaño, la injusticia, la muerte, la soledad, etc. Por supuesto, el lector, antes de entrar en un fragmento de vida ajena, de la que poco a poco va reuniendo informaciones, ha de despojarse del propio yo, de la propia visión que tiene de las cosas y de la vida, para entrar en la de los otros, que se le ofrece en estas narraciones. Entonces esta experiencia literaria de significado acaece en forma de revelación. A través de ésta se construye y se constituye una realidad distinta a la conocida hasta ese momento. Dicha revelación supone la restauración de una injusticia, o el consuelo, la misericordia, la alegría, el dolor, la bondad, la compañía, la compasión. Antes de mostrarlo con algunos ejemplos concretos hay que considerar cada colección en su conjunto, en la forma que se le ha dado como libro.

(Primera parte del artículo publicado en la revista ÍNSULA, Revista de Letras y Ciencias Humanas,  n° 741)

La traducción del Quijote de Susanne Lange

En otro apartado anterior han aparecido los (segundos) consejos que Don Quijote le da a Sancho antes de que este pase a ser gobernador de la Insula Barataria. Que todo el tinglado -cargo, ínsula, etc. – sea una broma urdida para el entretenimiento de los ociosos duques me importa en estos momentos menos -aunque valdría la pena ocuparse de los entresijos (¿huecos vitales?) de estos desocupados personajes.

En cualquier caso, en las clases de lengua española que impartimos en la Freie Universität con cierta dinámica de grupo, practicamos distintos modelos para tratar fórmulas de consejos y recomendaciones. Pues bien, las que don Quijote le da a Sancho no tienen cabida, por desgracia, en esta dinámica moderna y comunicativa de nuestras clases de lengua española en niveles A y B; pero como sé que hay muchos estudiantes que desean leer y disfrutar la lectura del Quijote, pongo aquí el fragmento de nuevo con su estupenda traducción, premiada y alabada por los entendidos: la de SUSANNE LANGE publicada en Hanser Verlag, Múnich, 2008.

– En lo que toca a cómo has de gobernar tu persona y casa, Sancho, lo primero que te encargo es que seas limpio, y que te cortes la uñas, sin dejarlas crecer, como algunos hacen, a quien su ignorancia les ha dado a entender que las uñas largas les hermosean las manos, como si aquel escremento y añadidura que se dejan de cortar fuese uña, siendo antes garras de cernícalo lagartijero: puerco y extraordinario abuso. No andes, Sancho, desceñido y flojo; que el vestido descompuesto da indicios de ánimo desmazalado […] No comas ajos ni cebollas, porque no saquen por el olor tu villanería. Anda despacio; habla con reposo; pero no de manera que parezca que te escuchas a ti mismo; que toda afectación es mala. Come poco y cena más poco; que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago. Sé templado en el beber, considerando que el vino demasiado ni guarda secreto, ni cumple palabra. Ten cuenta, Sancho, de no mascar a dos carrillos, ni de erutar delante de nadie.

– Eso de erutar no entiendo – […]

„Was das Gubernament deiner selbst und deines Hauses betrifft, Sancho, so empfehle ich dir als Erstes, sei reinlich, schneide dir die Fingernägel, lass sie niemals wachsen, wie manche es tun, die in ihrer Einfältigkeit meinen, lange Fingernägel verschönerten die Hände, als dürfte sich diese Wucherung, dieser Auswuchs, den sie nicht beschneiden, Nagel nennen, wo er doch vielmehr die Kralle des eidechsenfressenden Turmfalken ist, eine dreckige, greuliche Unsitte. Geh niemals, Sancho, ungegürtet und mit losem, schlaffem Hemd, denn ein schlampiges Kleid ist Zeichen eines liederlichen Geistes […]. Iss weder Knoblauch noch Zwiebeln, damit dir der Bauer nicht schon aus dem Maul herausstinkt. Geh langsam, sprich bedächtig, aber nicht so, als würdest du dir selbst zuhören, denn jede Geziertheit ist von Übel. Iss wenig zu Mittag und noch weniger zu Abend, denn des Leibes Wohl wird in der Werkstatt des Magens geschmiedet. Sei mäßig beim Trinken, und bedenke, schwatzhaft ist der Wein, er hält kein Wort und nichts geheim. Achte darauf, Sancho, nicht wie ein Scheunendrescher mit beiden Backen zu fressen und vor anderen niemals zu eruktieren. „

„Das mit den Rucktieren verstehe ich nicht“ […].

Cervantes, Don Quijote von der Mancha, II S. 365-366.

Neu übersetzt von Susanne Lange.

Carl Hanser Verlag, München, 2008

Consejos para gobernar tu persona y casa

DECÁLOGO DE CONSEJOS QUE DON QUIJOTE LE DA A SANCHO (Don Quijote de la Mancha, II, 43):

1- Debe hablar de forma pausada y lenta.

2- No es conveniente que beba demasiado vino

3- Es importante que coma con moderación, y que cene poco.

4- No debe introducir mucha cantidad de comida en la boca.

5- No debe caminar deprisa.

6- Que hable de forma natural, no debe hacerlo con afectación.

7- Debe cuidar de los alimentos que ingiere.

8- Es importante mantener tanto el cuerpo como la casa limpios.

9- La ropa debe llevarla ajustada al cuerpo.

10-Es aconsejable que lleve las uñas recortadas y aseadas.

Ahora leamos el texto original:

– En lo que toca a cómo has de gobernar tu persona y casa, Sancho, lo primero que te encargo es que seas limpio, y que te cortes la uñas, sin dejarlas crecer, como algunos hacen, a quien su ignorancia les ha dado a entender que las uñas largas les hermosean las manos, como si aquel escremento y añadidura que se dejan de cortar fuese uña, siendo antes garras de cernícalo lagartijero: puerco y extraordinario abuso. No andes, Sancho, desceñido y flojo; que el vestido descompuesto da indicios de ánimo desmazalado […] No comas ajos ni cebollas, porque no saquen por el olor tu villanería. Anda despacio; habla con reposo; pero no de manera que parezca que te escuchas a ti mismo; que toda afectación es mala. Come poco y cena más poco; que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago. Sé templado en el beber, considerando que el vino demasiado ni guarda secreto, ni cumple palabra. Ten cuenta, Sancho, de no mascar a dos carrillos, ni de erutar delante de nadie.

     – Eso de erutar no entiendo – […]

Túnel de lavado, de Carmela Greciet

Túnel de lavado es un microrrelato de Carmela Greciet que el profesor Valls publicó en su blog La nave de los locos el lunes 24 de enero de 2011 y que usted puede leer cliqueando aquí.

En nuestras Letras en Danza conocemos ya de Carmela Greciet el texto de ficción Niña Ucrania.

Lo que nos encontramos ahora en este Túnel de lavado son 190 palabras que dan forma y significado a un mundo (y a una forma de estar en ese mundo) en el que se abre una puerta a otro mundo, -al final del túnel de lavado y del relato-, del que todavía apenas se sabe nada: únicamente que se habla una lengua desconocida. Entonces el túnel de lavado, -espacio gestionado por máquinas-, es el lugar en el que de forma insólita se produce un cambio o transformación, sin que se materialice en palabras.

Hoy en esta sección, vamos a hacer la prueba del octaedro con las letras en danza. Se trata de imaginar que el texto de ficción de 190 palabras se encuentra en el interior de una figura geométrica de ocho caras o ventanas. A través de cada una de ellas se puede observar un único aspecto del cuento que en el interior del octaedro está completo. No se trata de fracturar (fragmentar) ni dividir el texto contenido en la figura geométrica: simplemente de observarlo fijándose a través de cada posición solo en una pregunta. A los ortodoxos del análisis narratológico les pediría que se mantuvieran alejados y saltaran de página, la cerraran o se fueran a dar un paseo por la red, pues el octaedro chisporrotea. Digamos que es un objeto muy saltimbanqui.

Las ventanas se llaman:

1. Qué pasa

2. Dónde pasa

3. Cuándo pasa

4. A quién le pasa

5. Desde qué voz se cuenta lo que se cuenta en el cuento

6. Qué disposición y características presentan los elementos léxicos

7. Cómo es el final

8. Qué dice el título en relación con el resto

 

Y cuando se abren estas ventanas se ve lo siguiente:

  1. Una persona joven, sentada sola en el interior de un coche Volkswagen, pasa por un túnel de lavado. Al salir del túnel entra y se sienta en el automóvil, al volante, un hombre desconocido que le habla en una lengua también desconocida y pone en marcha el coche.
  2. Se ve un primer espacio que es la „casa de mi madre“, adonde va el padre con su Volkswagen. Esta persona y su padre están luego limpiando a mano el coche en una gasolinera. Y el tercer espacio es el interior del coche en el túnel de lavado.
  3. La narración es en pasado (pretéritos simples o indefinidos y pretéritos imperfectos). Se nombra una costumbre -lavar el coche a mano- que tenía lugar los sábados (expuesta en pretéritos imperfectos). Pero lo que se cuenta que pasa tiene lugar un sábado concreto.
  4. A alguien cuyos padres están separados. La madre no aparece explícitamente en el relato, solo la casa que se nombra como “casa de mi madre”. El padre actúa hasta que decide quedarse fuera del coche cuando este pasa por el túnel de lavado, advirtiéndole que cierre bien todas las ventanillas. Al final aparece un hombre de quien solo se sabe que habla un idioma desconocido.
  5. Alguien cuenta en primera persona lo que le ocurre.
  6. Vemos vocabulario relacionado con el coche. Sustantivos: capó, cristales, llantas, moqueta, chapa, gasoil, grasa, ventanillas … Acciones: lavar, apuntar el chorro, aspirar, frotar, tirar los trapos …  Hay narración en primera persona y una frase en estilo directo que se atribuye al padre. Vemos tres tres párrafos en total, encabezados por a) “Como todos los sábados …. b) Aquel sábado …. c) Por fin”, es decir, es el desarrollo temporal el que abre cada parte que corresponderían a a) una introducción o descripción; b) un núcleo  o cuestión central, es decir, el cambio en la costumbre de lavar el coche; y c) las consecuencias que acarrean ese cambio: la aparición de un nuevo personaje y de una nueva lengua.
  7. El final es un comienzo: otro hombre en el lugar del piloto y otra lengua, desconocida. En la primera persona del plural del verbo arrancar (arrancamos) se incluye al personaje que cuenta la historia y a ese hombre no conocido.
  8. El Túnel es el espacio donde tiene lugar el primer viaje en solitario. Todo túnel conecta dos lugares o espacios. Por otra parte “de lavado” implica quitar suciedad.

OJO: Veamos si hemos mirado bien por las ventanas del octaedro. ¿El protagonista es chico o chica?

I liv u …tvmb …

Seguimos danzando alrededor del microrrelato de Pilar Galán.

Quien identifique a primer golpe de vista esta imagen que se reproduce aquí

U_P_Corazón¿lo haría también al leer esto: I liv u to bitsjt´M …, tvmb, …, hdgdl …, tq 1webo?

Diciéndolo en voz alta, por orden, en inglés, francés, italiano, alemán y español.

A propósito de Hdgdl, ¿conoce esta canción?

Aquí la persona que se expresa cantando, a diferencia de la protagonista en el microrrelato tq 1webo, sí que se dirige a su pareja para advertirle de lo que le puede pasar si continúa utilizando ese lenguaje seudocríptico en la comunicación virtual.

 

Y qué pasa con „mi chico“ en otras lenguas:

En alemán dicen: “Mein Freund/ Meine Freundin”, “Mein Partner/Meine Partnerin”,  “Mein Lebensparter” e incluso existe la palabra compuesta de tres sustantivos: Lebensabschnittpartner, referida a la persona con la que se comparte una etapa de la vida. Claro que esta palabra solo la dicen algunas personas. Un respiro.

En francés: Mon copain, mon mec (años 80 del siglo XX), mon keum, mon homme, mon compagnon, mon copain, mon petit ami, mon fiancé. Ma meuf, ma copine, ma petite amie, ma miss, ma gonzesse.

(Agradezco a mis compañeras Joelle, Isabelle y Véronique la información en francés).

En italiano: Il mio ragazzo, o bien il mio moroso en la Italia del norte. Il mio ragazzo, il mio moroso, la mia ragazza, la mia morosa (para  jóvenes). il mio fidanzato, la mia fidanzata.

(Mil gracias a Giovanna Tassinari por su ayuda en italiano).

En cuanto a los mensajes de texto cifrados, he ubicado los siguientes gracias a Valentine (estudiante Erasmus de París) y Simon (suizo francés, también estudiante), con los que he mantenido estupendas charlas sobre estas letras en danza:

Jte kif (grave / trop)

Je t´aime: jtm

Je t´adore: jtd

Je t´ai dans la peau

 

¿Algo más? Mis conocimientos en este ámbito son muy limitados.

 

Puerta abierta al comentario …

 

 

 

La baguette triste

 

Après Noël, j’ai écrit un opéra.

Je pense que mon œuvre est une révolution dans le
genre.

L’opéra s’appelle «  La baguette triste «.

 

Premier acte :

Novembre in Chine. Une baguette (chantée par une alto) aime un
croissant (chanté par un baryton), qui a une liaison avec une praline de mauvais
goût (soprano). La baguette chante un air avec une mélodie triste, accompagnée par
une clarinette et un saxophone.

 

Comme entracte, j’ai écrit un ballet : On peut voir une danse des fruits, qui
présente la guerre des bananes contre les oranges. Marche des bananes : Elles
chantent la chanson : «  De vous, nous allons faire de la confiture, bien sûr ! »
Marche des bananes : « À bientôt, Cointreau ! » Victoire des Bananes avec l’aide
d’une compagnie de quatre-vingt bouteilles de vin blanc.

 

Deuxième acte :

Le croissant rompt sa liaison avec la praline et se marie avec la
baguette. Comme final ils chantent : « C’est bon, mon croissant » et « J’aime la
silhouette de ma baguette ».

 

Fin de l’opéra. Applaudissement dans l’orchestre et les galeries du théâtre,
frénétique comme dans un match de foot

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El autor del texto es un estudiante de la Freie Universität Berlin de un curso de lengua francesa (A1) que prefiere permanecer en el anonimato

Historia de mot, la pequeña que quiere cambiar

Darle vida a las palabras, es más, darle vida a la palabra palabra. Esto es un regalo.

A veces nos emociona lo que escriben nuestros estudiantes. Este es el caso de la historia de la palabra francesa „mot“ que ha inventado Anne-Sophie Doelle, una estudiante que asiste desde octubre de 2013 a un curso de lengua francesa de la profesora Isabelle Nicolas, con la que comparto un despacho y muchas horas de trabajo en nuestra universidad. Lo extraordinario del caso es que la joven alemana autora del texto lleva apenas unos meses -desde octubre de 2013- estudiando la lengua francesa junto con muchas otras asignaturas de su Bachelor. Chapeau!

Le agradezco a Anne-Sophie y a su profesora Isabelle que me hayan facilitado el texto para publicarlo aquí „EN OTRAS LENGUAS“.

Le petit mot ”mot“ veut devenir un autre mot

Le ”mot“ n’est pas content. Il pense que les autres mots sont plus jolis et plus importants. Le mot ”révolution“, par exemple, a une signification profonde et est très historique. Le mot ”chocolat“ est agréable et tout le monde aime ce mot. Il veut devenir un mot plus complexe, plus compliqué, plus impressionnant ou au moins plus chic. En plus, le petit ”mot“ veut être harmonieux, parce qu’il aime l’opéra.

Il est triste parce qu’il contient seulement une syllabe est pas deux ou trois ou même quatre, comme la ”psychologie“. Ça n’est pas juste! « Moi, je sonne mal, je suis constitué de sons durs, comme la consonne ”t“, et de sons sombres, comme la voyelle ”o“. « ”Mot”, pense le ”mot“, ça sonne plutôt comme un bruit, mais ne sonne pas comme de la musique. Seulement ”le foot“ est encore plus moche! »

C’est pourquoi le mot ”mot“ veut changer. Un jour, il va dans un magasin pour acheter une lettre. Il trouve la lettre ”o“, mais ainsi le ”mot“ est une ”moto“ et la ”moto“ malheureusement existe déjà. Avec un ”o“, le ”mot“ perd son identité. Avec un ”s“ le ”mot“ ne perd pas son identité, mais ça n’est pas non plus une métamorphose frappante.

Quand le petit ”mot“ sombre dans la mélancolie, particulièrement pendant le mois de novembre, il boit beaucoup de vin. Il aime surtout le Bordeaux, parce que ça rime avec ”mot“ (mais quelquefois il boit aussi du vin blanc). Pour lui, le Bordeaux est comme un frère.

Parfois le ”mot“ désire être un mot féminin. Il ne comprend pas pourquoi il ne peut pas être féminin et attirant comme ”la danse“ ou ”la confiture“ ou féminin et aussi masculin comme le mot ”touriste“ qui peut choisir entre l’article ”le“ et ”la“.

D’autres fois, il est mécontent de sa signification. Il préfère les mots avec une signification concrète et visuelle. Son ami, ”l’œuvre“, est un mot abstrait aussi, et nul ne sait exactement ce que cela signifie.

Mais le petit mot, même s’il est souvent désespéré, a beaucoup d’amis: l’émotion, le motif, le marmot, la locomotive et surtout la motivation!

Anne-Sophie Doelle

Tq 1webo: explicación de algunas palabras y expresiones

„Tq 1webo“ es un texto breve de ficción en el que se cuenta en tercera persona por qué una mujer rompe con la persona con la que mantiene una relación sentimental amorosa. Este texto de ficción ya se ha introducido aquí.

¿Sabía usted que ….
 

→ “su chico” … en español hay variedad de formas para nombrar a la persona con la que se mantiene una relación sentimental. Esto implica que no hay una forma concreta usada de forma general, o bien que hay variadas formas de relación sentimental o de percibirla, tanto en el ámbito personal como social.

En el caso del texto al que hacemos referencia aquí, la protagonista asume a su pesar (recordemos que a ella ese apelativo le parece ridículo) llamarlo mi chico, la razón es que parece estar de moda esta acepción. ¿Qué ocurre en otras lenguas? Lo veremos en unos días. 

Más mal que bien: a su pesar, aunque no le gusta ni le apetece.

recién salidos de: crea una asociación con los objetos que se elaboran o fabrican y se compran como novedad. O bien, se estima la primicia, originalidad, el ser de los primeros en gozar del objeto. Recuerda al pan o los bollos recién salidos del horno, tan apetitosos para comérselos, por el olor, por el sabor.

→ El uso del verbo sorprender en este contexto implica conocer el hábito de los regalos o detalles que se tienen con amigos íntimos más allá de los días de cumpleaños, onomástica, Navidad, Reyes, etc. o aniversarios relacionados con las personas a las que se agasaja.

→ El tupper (cenando de tupper): se refiere a recipientes de plástico en los que se transporta o guarda la comida y al que se les llama “táper”. La palabra procede del nombre registrado tupperware. Pero se usa para cualquier recipiente de plástico en la lengua coloquial. Se trata de la tradicional fiambrera: una caja de plástico -antes de metal- que sirve para guardar el „fiambre“. Lo curioso e interesante es que con la crisis económica de principios del siglo XXI se ha puesto de moda en el ámbito escolar pues hay muchas familias que no disponen de los recursos para pagar el comedor de los hijos en la escuela y estos se llevan en un táper -en la fiambrera- la comida hecha de casa. Hay también palabras y expresiones derivadas como: Tupperideas, comer de tupper

→Hombres estables, casados hace mucho: se refiere a los hombres que llevan casados mucho tiempo y mantienen una relación duradera con sus esposas. El hecho de que se añada “con hijos” implica que estos hombres viven en privado en un ambiente familiar, es decir, en un hogar de más de dos.

→ tirar los tejos, aparece en la frase que le habían ido tirando los tejos año tras año y significa seducir (o intentarlo) insinuando interés hacia otra persona.

cenas de empresa: es una costumbre del ámbito laboral. Se trata de reuniones openend iniciadas y financiadas por la empresa donde se trabaja. Supuestamente sirven para mejorar las relaciones humanas en el ambiente laboral y conocerse fuera del ámbito de la empresa.

hubiera tenido su aquel: aquí el demostrativo “aquel” puede entenderse como sinónimo de gracia, encanto, atractivo.

 

C de conocimientos y M de mundo

“Conocimientos del mundo” (pero qué mundo …)

 → Nombres propios

… de diseñadores de calzado para mujeres, que no es necesario repetir aquí.

Sex an the City es el nombre original de la serie que  trata acerca de las vidas y amoríos de cuatro mujeres muy buenas amigas, tres de las cuales están en el final de sus treinta años (que no es – bien mirado-  lo mismo que decir: se acercan a los cuarenta).

…  y qué se relaciona con Cosmopolitan: moda, belleza, salud, amor, sexo.


¿Inter-és en la Inter-TEXTUALIDAD?

 

¿Recuerdan el poema de Antonio Machado, Campos de Soria (Campos de Castilla), en especial los versos:
¡Colinas plateadas, / grises alcores, cárdenas roquedas / por donde traza el Duero / su curva de ballesta / en torno a Soria, […]?.

 …… (Re-)Suenan (no en el móvil) en las líneas del cuento de Pilar Galán.